Cada momento de la realidad está siendo registrado por la opinión pública, la verdad es que no, esa opinión pública no existe, o está dejando de existir, primero por el factor financiero, y ahora por el factor tecnológico.
Es un hecho que se insiste en que la Cuarta Revolución Tecnológica, la Internet de las Cosas, la Industria 4.0, la Automatización y ahora, en la IA (Inteligencia Artificial), tomarán el control, pero a lo que estamos llegando es a una carrera por la predicción del futuro o por hacer el futuro de forma demencial.
Hacer posible las cosas, concretar los proyectos no basta, hay que garantizar el “éxito” y este no se improvisa, vaya conjunto se sueños de futurólogos y prospectivos, que venden humo por todas partes.
Los opinólogos de Sinaloa, por ejemplo, quieren saber por dónde saldrá la bolita este 2027, adelantando las fichas a la tradición por un año, bien, los adelantados no llegarán, porque la tradición se impone, es superior a la tecnología y a la saturación de la Agenda Social desde arriba.
Ni el Algoritmo, ni la IA son la Cuarta Revolución Científico Tecnológica, ni se le va a poder inventar la realidad porque se pongan al frente a cachar las tendencias, los Lenguajes Naturales, son una automatización entregada por la Singularidad Humana, no van a volver el Sistema Político Mexicano y Mundial a tener el engaño de 1990: “Capitalismo Neoliberal como sinónimo de Revolucion Tecnológica”, decían, como he insistido en otros escritos, es el fin de la Geografía, la Historia y la Ideología. Vaya esa patraña se acabó.
Nos tendremos que hacer responsables de nuestro desarrollo y sin lavar dinero, lo que va a ser un serio problema para economías sumergibles con la nuestra, Sinaloa va entrar en un verdadero punto de partida, la opinocracia tendrá que comenzar a reflexionar y no solo obedecer Agendas y grupos de poder, o patrones.
Es una contradicción en la que estamos, el paso del algoritmo a la IA, en medio de una “4ta ola” democrática inexistente, vamos a tener que pensar y eso duele.