La psicoterapeuta Ariadna Pulido habla sobre los tipos de parejas tóxicas más comunes y cómo identificarlas.
Cuando escucho a alguien decir que su pareja es tóxica, lo primero que me viene a la cabeza es que en realidad me está hablando de dos personas con heridas y traumas de infancia complementarios. No es tanto que una sea “la buena” y el otro “el malo” del cuento, sino que ambos están estimulando sus mecanismos de defensa desadaptativos, en lugar de ayudarse mutuamente a romper con ellos.
En otras palabras, estamos hablando de las típicas diadas codependientes en las que los celos, la inseguridad, la manipulación y hasta la violencia están a la orden del día. Todas ellas tienen en común el hecho de que ambos integrantes de la pareja tratan de recrear las situaciones de su pasado que no se resolvieron adecuadamente, pero lo hacen justamente con la persona con la cual ese desenlace tan deseado (fidelidad, estabilidad, seguridad, reconocimiento, etc) es prácticamente imposible.
¿Cuáles son los tipos de parejas tóxicas más comunes?
Por ejemplo, la pareja tóxica típica de una mujer celosa es un hombre mujeriego, y el “tóxico” típico de una persona con problemas de abandono es alguien casado o que ya tiene pareja. Esto no es casualidad: cuando nuestro niño interior herido dirige nuestra vida, elegimos inconsciente pero cuidadosamente a personas que nos recuerden carencias de infancia porque son el único tipo de “amor” que conocemos.
Hay tantos tipos de parejas tóxicas como combinaciones particulares de heridas de infancia existen. Además, tanto hombres como mujeres pueden tomar roles tradicionalmente asignados al sexo contrario, incluso saltar entre diferentes diadas tóxicas de forma dinámica. A grandes rasgos, las cinco categorías que más suelo toparme en el consultorio son:
1.- El adicto y la rehabilitadora
Generalmente la adicción más común es el alcohol, pero en realidad puede tratarse de una adicción a las drogas, al trabajo, al sexo, a la comida, a las apuestas, etc. Por un lado, está una persona con serios problemas que no quiere ni aceptar ni cambiar, por otro, está una mujer dispuesta a lo que sea con tal de salvar a su pareja de su enfermedad.
El problema con esta diada es que la parte “rehabilitadora”, en primer lugar, no es un profesional de la salud mental con entrenamiento adecuado para dar acompañamiento en una rehabilitación. En segundo lugar, que la adicción de su contraparte es el pretexto perfecto para no tener que hacerse responsable de sí misma a nivel emocional, por lo cual generalmente en lugar de romper con las conductas de abuso del otro, las promueve indirectamente.
2.- El villano y la víctima (uno de los tipos de parejas tóxicas más peligrosas)
Esta es la diada más peligrosa porque siempre involucra abuso de alguna clase, ya sea verbal, psicológico, financiero, sexual o físico, y puede tener consecuencias terribles si no se detiene a tiempo. El núcleo disfuncional de esta pareja es el hecho de que, muy en el fondo, ambos disfrutan con la dinámica sadomasoquista de la relación. Mientras que una parte puede desquitar toda su frustración con la otra, la contraparte pasiva encuentra sus compensación en los sentimientos de culpa de su pareja, en una romantización del sufrimiento y una identificación “virtuosa” con la abnegación.
3.- El desamparado y la salvadora
Esta es una versión muy parecida a la del adicto y la rehabilitadora, con la diferencia de que quien adopta el rol de “desamparo” lo hace con la intención oculta de encontrar a quien lo salve para no tener que hacerse responsable de sí mismo. Los individuos que presumen un pasado tan trágico que resulta difícil de creer, atraen a su vez personas que necesitan desplegar actitudes mesiánicas o heroicas para sentirse dignas de ser amadas. En esta clase de diadas también es muy común que el salvador sea un hombre y la “desamparada” una mujer.
4.- El irresponsable y la perseguidora
Esta diada también comparte muchos elementos con la del adicto-rehabilitadora, pero en este caso, la contraparte “sana” adopta un rol de persecución y reproche, en lugar de uno comprensivo y manipulador. Suele haber también muchos elementos del villano y la víctima, dado que las conductas hostiles entre ambos se van acrecentando con el resentimiento.
5.- El ídolo y su fan
Finalmente, esta diada codependiente es prácticamente la misma que la del villano y la víctima, pero en este caso la víctima comienza la relación desde la admiración irracional, y evita por todos los medios darse cuenta de todos los abusos que el otro perpetra. Es posible que ello se deba a un intento inconsciente de mantener “intacta” la imagen de un padre maltratador o hiperdominante. En la otra mano, el “ídolo” recurre a la manipulación sutil, al chantaje y al “lavado de cerebro” para mantener completamente controlada a la pareja.
Todas estas diadas derivan más temprano que tarde en narrativas personales muy destructivas. Si te identificas con alguna, es importante que acudas a terapia con un profesional, lo antes posible.