La psicoterapeuta Ariadna Pulido (@aripulidog) explica las afectaciones que el sobrepeso genera en el plano íntimo y cómo combatir la inseguridad sexual.
Los problemas de autoimagen relacionados con el sobrepeso nos vuelven 25 veces más propensas a experimentar inseguridad sexual. Por si fuera poco, la insatisfacción deriva en frustración y ansiedad, que a su vez suelen detonar conductas compensatorias devastadoras para la autoestima, como la sobreingesta.
Para muchas mujeres, este es un círculo vicioso en el que se sienten completamente atrapadas, aunque tengan una pareja sexualmente disponible y deseosa de tener intimidad, porque no se trata tanto de que su compañero las encuentre atractivas, sino que ellas mismas no se sienten merecedoras de placer por no ser ideales.
¿Por qué el sobrepeso le hace tanto daño a la sexualidad?
Los kilos de más y la depresión tienden a ir de la mano. Fisiológicamente hablando, la obesidad puede tener un impacto hormonal tanto en el deseo sexual como en la capacidad de sentir placer durante el sexo, pero cuando estamos hablando de un sobrepeso leve o moderado y no de obesidad mórbida, las causas de estos efectos negativos son principalmente psicológicas.
Es lógico: la publicidad y los medios nos bombardean todo el tiempo con mensajes sexuales, pero los mensajeros suelen ser modelos con cuerpos perfectos. Es como si nos dijeran: solo las mujeres delgadas tienen la capacidad de seducir y el derecho al goce sexual.
¿Cómo podemos concentrarnos en experimentar placer y conexión si todo el tiempo estamos pensando en cómo se nos ve la panza, en que quizá nuestro compañero está fantaseando con una mujer más esbelta o en que estamos sudando más de la cuenta? Miles de distractores relacionados con las expectativas de la sociedad se cuelan en la cama y nos dejan con la sospecha de que, además de sobrepeso, hasta podríamos padecer frigidez.
5 formas de combatir la inseguridad sexual que causa el sobrepeso
Estar en nuestro peso adecuado es importante, pero resignarnos a disfrutar nuestra vida sexual hasta que tengamos el cuerpo perfecto nos hace perder tiempo de calidad valioso con la pareja y con nosotras mismas. Si quieres ver cambios positivos en tu libido y tu autoconfianza durante el sexo, comienza por lo siguiente:
Haz media hora de ejercicio relajante al día
Además de los beneficios evidentes del ejercicio, elegir una disciplina que te relaje, como la natación o el yoga y no una que te estrese más, disminuye los niveles de cortisol y aumenta tu energía.
Convierte el autoerotismo en parte de tu rutina de autocuidado
La inseguridad puede hacer que te bloquees del todo en un encuentro sexual con otra persona, por eso, recomiendo partir del autoerotismo para reconectar con tu cuerpo, familiarizarte con tus zonas erógenas y liberar hormonas de la felicidad. La masturbación frecuente también puede disminuir las conductas de sobreingesta en algunas personas.
No sobrecompenses
Muchas mujeres interpretan su sobrepeso como algo que tienen que “compensarle” a la pareja, ya sea siendo totalmente complacientes en la cama, cediendo a prácticas que realmente no les gustan o arreglándose durante horas antes de un posible encuentro sexual. Todas estas conductas lejos de reconciliarnos con el erotismo, nos enemistan más con él. Lo mejor es evitarlas.
Cena ligero
Independientemente de tu peso, uno de los mayores enemigos del sexo es la pesadez que queda después de una comida o una cena muy abundante. Si quieres estar completamente enfocada en el aquí y el ahora para ese encuentro apasionado, come ligero durante el día, prioriza la proteína magra, las frutas y las verduras. Deja el postre para después del sexo.
Recuerda que la salud sexual es un derecho, no un privilegio
Comprometerte con tu placer es igual de importante que comprometerte con tu pareja, tu familia o con tu carrera, aunque no escuchamos a nadie decir cosas como “voy a hacer mejor mi trabajo cuando sea delgada”.
Que tú te sientas cómoda y a gusto con tu sexualidad, sea como sea que decidas ejercerla, no debe depender en absoluto de cómo te veas. Cuidar tu salud es una cosa, pero permitir que los cánones de belleza te alejan del placer que merece cualquier ser humano es otra muy distinta.