Por Tatiana Hernández Chacón / El Mostrador
Los animales se han vuelto un acompañante muy importante durante las cuarentenas. Muchas veces las mascotas llegan cuando el humano está buscando alguna mano, pero encuentra una patita que viene a llenar un importante espacio emocional o afectivo. En este último tiempo, al estar más tiempo con ellos, las emociones y conexión incrementa, por lo que los vínculos entre estos animales y sus dueños es mucho más grande, ayudándolos a lidiar con el encierro de la pandemia.
En la actualidad, las mascotas dejaron de ser ajenos a la sociedad y el ser humano les da importancia, defiende sus derechos y les da un hogar. Se han vuelto una compañía imprescindible para las personas, sobre todo para quienes viven solos. Tener un perro o un gato ha ayudado a lidiar contra el estrés y el encierro que ha generado el coronavirus en el mundo.
En 2020 la adopción de mascotas aumentó significativamente producto de las medidas de distanciamiento social y confinamiento. De acuerdo con revistaclinicaveterinaria.com, ONGs y organizaciones protectoras comprobaron un aumento aproximado del 50% en el número de adopciones de perros y gatos. Este hecho representó un escenario positivo para aquellos animales que necesitaban un hogar, así como lo es para las personas.
Muchas personas antes de la pandemia ya contaban con una compañía animal, vínculo que se ha afianzado por la cotidianidad del encierro, haciéndose parte realmente del hogar.
“Podríamos pensar que en esta posmodernidad que empezó a mediados del siglo XX, después de la posguerra, la guerra fría, la tecnología y el avance de los medios de comunicación, han influenciado una cuestión social en muchas personas que a estos cambios que acelere les ha impactado de una manera en que están solos, se sienten con una incapacidad de conectar con otros seres humanos, les cuesta socializar, y un vehículo que ha sido muy positivo este último tiempo han sido las mascotas”, cuenta la psicóloga argentina Nora Maier.
Perder a una mascota: el duelo de un ser querido
Según expertos como Maier, la pérdida de una mascota puede significar tanto como la pérdida de un familiar u otro ser querido. Esto se da a causa de los lazos que se van generando en el tiempo junto con el acompañante que se tiene al lado.
“Se dice de los animales domésticos, especialmente en los perros se ha desarrollado la capacidad de empatizar por los seres humanos, de leer nuestras emociones. Justamente esta capacidad es la que nos permite tener un vínculo con ellos. Se ha sabido, incluso hay muchas películas que lo demuestran que un perro ante la tristeza de un ser humano reacciona con compañía, con apego y esto ha hecho que también muchas personas reemplacen vínculos con otros seres humanos y prefieran mascotas”, expresa la psicóloga.
Un estudio que realizó el departamento de Psicología de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care indicó que el más del 85% de los dueños de canes admiten haber padecido dolor tras la muerte de sumascota.
De hecho para algunos dueños de perros, el fallecimiento de éste puede provocar un pesar tan profundo como el que produce la muerte de un miembro de su familia.
Por eso cuando los dueños de mascotas sufren de sus pérdidas, ya sea una muerte o extravío, suelen experimentar una pena prolongada, sin una compañías fiel y atenta. Para la psicóloga, estos duelos se les conoce como “duelos desautorizados” o “culturamente aceptado” por el entorno del dueño .
“La persona doliente no es vista tanto como tal, de manera que sus sentimientos, penas, necesidades de consuelo y apoyo emocional son reprimidos. Comentarios de ‘por qué sufres tanto, si es un perro no más’, ‘ya va a venir otro’ son muy comunes y esto es lo que debemos evitar. Todos estos comentarios entorpecen al duelo de y hace que estas personas se sientan incomprendidas y solas a la hora de enfrentar este tipo de duelo”, comenta la experta.
De acuerdo con Nora Maier, el duelo en general surge cuando tenemos una pérdida, que puede ser desde una muerte hasta una separación con la mascota. Lo que la experta recomienda es comenzar a trabajar emocionalmente este proceso.
“Tenemos que expresar y trabajar las emociones del dolor. Aceptar que, en nuestra cotidianeidad, ya no está nuestro ser querido. Y buscar nuevas experiencias”, sugiere.