El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia ha detallado un plan para acabar con la invasión de hipopótamos introducidos en Antioquia hace 40 años por el narcotraficante.
Al igual que sucede con varios personajes históricos villanos, a Pablo Escobar le encantaban los animales. Tal era su pasión, que en una de sus mansiones, la archiconocida Hacienda Nápoles, ubicada en el departamento de Antioquia, dedicó la vasta extensión de 1.600 hectáreas a fundar un zoológico. El terreno albergaba especies de lo más exóticas, provenientes de regiones muy lejanas a Colombia: entre ellos, elefantes, avestruces, camellos, jirafas e hipopótamos.
Considerada desde su construcción como un símbolo de ostentación, la Hacienda continuó funcionando tras la muerte del narcotraficante; eso sí, con un propósito algo diferente. Se trata ahora de un parque temático abierto al público que combina atracciones de agua y un fiel compromiso con la conservación de especies.
Sin embargo, en los últimos años el animal favorito de Escobar, el hipopótamo, ha puesto obstáculos en este segundo cometido. Lo que comenzó con 4 ejemplares trasladados desde África de forma ilegal, ha terminado en 169 de ellos viviendo en libertad.
Con estas cifras, y teniendo en cuenta un último estudio llevado a cabo por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia que revela que en 2035 su población podría ascender a más de 1.000 individuos, el hipopótamo es considerado desde 2022 una especie invasora en el país. Por ello, ahora el Estado busca manejar la plaga mediante esterilizándolos, trasladándolos y sacrificándolos.
COLOMBIA, UN PARAÍSO PARA LOS HIPOPÓTAMOS
Cuando pensamos en el hipopótamo, la imaginación nos lleva inmediatamente de viaje por la África subsahariana. Este mamífero semiacuático suele habitar en la sabana, concretamente en ríos, lagos y pantanos con suficiente profundidad para poder sumergir su cuerpo. No obstante, en los últimos 40 años, los hipopótamos también han tomado protagonismo al otro lado del charco: Colombia es el único lugar fuera de África donde se encuentra una población de más de un centenar de esta especie en estado silvestre.
El clima y las condiciones dadas por el paso del río Magdalena han hecho que la región presente las características perfectas para que los hipopótamos aumenten su población. Allí, estos gigantes pueden hallar todo lo que necesitan para sobrevivir: agua (pueden llegar a pasar 20 horas al día sumergidos) y pastizales extensos para consumir los 35 kilos de hierba que requieren al día. Además, aunque un mamífero de tales dimensiones no tenga demasiados enemigos en la naturaleza, en Colombia la ausencia de superdepredadores (como los leones) dibuja un escenario sin obstáculos para la reproducción de la especie.
Pero lo que es un paraíso para el hipopótamo, es el infierno para otros animales que habitan la región. Este enorme animal es conocido por ser “ingeniero”: con su peso, crea cuencas y modifica la estructura de los ríos, algo que puede ser perjudicial para la supervivencia de la nutria y del manatí del Caribe, que ya se encuentra en peligro crítico de extinción. Y no solo eso, sino que su abundante alimentación se traduce en la expulsión de gran cantidad de heces que contaminan el agua y comprometen la subsistencia de los casi 160 peces endémicos de este río.
¿CUÁL ES EL FUTURO DE LOS “HIPOPÓTAMOS DE LA COCAÍNA”?
Al ser una problemática heredada del narcotráfico, se conoce popularmente a estos animales como los “hipopótamos de la cocaína”. Desde su llegada al país hace aproximadamente 40 años, el Estado no había controlado su expansión. Aun así, la caza en 2009 de un ejemplar llamado Pepe en 2009 a manos de dos extranjeros, con el previo consentimiento de Corantioquia -una entidad ambiental corporativa del departamento de Antioquia-, fue suficiente para despertar el debate sobre cómo actuar frente a la invasión de hipopótamos en Colombia.
Ahora, tras años observando el comportamiento de la especie y valorando el nivel de amenaza que supone para la biodiversidad del territorio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha puesto en marcha un plan para manejar la situación.
La primera fase del denominado Plan de Manejo y Control de los Hipopótamos en Colombia se activa esta semana, la segunda de noviembre de 2023, y consiste en una progresiva esterilización quirúrgica de estos animales, según se indica en el comunicado oficial del Ministerio: por el momento, serán 20 los que se sometan a la intervención, ya que esta tiene un costo de aproximadamente 9.400 euros por ejemplar. La meta, sin embargo, está puesta en 40 ejemplares por año.
Otra de las medidas detalladas en el plan es el traslado. El pasado marzo ya se anunció el diseño de una logística para llevar decenas de hipopótamos a otros países, entre los cuales se encuentran México, Filipinas e India. Con el último ya existe un proceso abierto para iniciar la estrategia. Y como último recurso, el Ministerio está desarrollando un protocolo para sacrificar a algunos hipopótamos. Una medida que todavía no ha obtenido la asesoría de técnicos para garantizar su eficiencia y rigurosidad, de acuerdo con el comunicado.
Esta semana se dará comienzo a la esterilización, un procedimiento que “conlleva riesgos tanto para el animal como para el personal médico”, de acuerdo con las declaraciones de la ministra Susana Muhamad. Aun así, esta primera fase ya ha recibido la luz verde del Instituto Humboldt y del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional.