Hace exactamente un año, vivimos un sorpresivo día. Los teléfonos no dejaban de sonar y aparecían las notificaciones de una terrible noticia que no queríamos confirmar. Lamentablemente, se nos informaba que a nuestro querido amigo Luis Enrique Ramírez le habían arrebatado la vida.
Desde ese día, en automático, su equipo de trabajo eligió seguir con el profesionalismo que a él le habría gustado mantener, a pesar del momento difícil al que nos estábamos enfrentando. Y es así que, a un año de su ausencia, hemos buscado las formas de mantener su legado como. Seguimos aplicando sus enseñanzas y consejos, y eso se refleja en su proyecto llamado Fuentes Fidedignas.
A lo largo de estos años, he sido testigo de buenos y malos momentos del periódico que con tanto esfuerzo fundó Luis. Y les aseguro que no tenemos mayor deseo que continuar informando y mantener a flote el barco que él construyó.
Queremos aprovechar este espacio para agradecer a los lectores y a todas esas personas que han apoyado al periódico, pese a la ausencia de nuestro director. Y queremos dejar en claro que como medio de comunicación seguiremos señalando la falta de justicia por su muerte.
Tengo la certeza de que si él estuviera aquí, nos alentaría a seguir adelante, nos incitaría a sobrepasar su ausencia y a quitarnos las lágrimas para poder reclamar más fuerte por la justicia que se merece.
Hoy se cumple un año desde que apagaron la luz de Luis Enrique Ramírez, una de las mejores plumas de Sinaloa. Un comunicador y ser humano sincero, encantador, hermético, pero sobre todo… leal.
Hoy, la familia y los amigos de un excelente profesional, amante de los animales y defensor de las causas justas, no podemos estar a su lado.
Hoy nos une el agradecimiento a la vida de un ser humano excepcional, genuino e inigualable.
Hoy, el único deseo es que se haga justicia.
Hoy, mi esperanza es que pronto llegue la paz para él y pueda descansar plenamente.