La justicia no llega, el río de lágrimas sigue creciendo y el humo de la impunidad persiste.
Hoy se cumplen 13 años de la tragedia: el 5 de junio de 2009 las familias de 49 pequeños se enteraban que sus niños se habían convertidos en ángeles, encerrados en un infierno llamado Guardería ABC.
Decenas de bebés y niños ya no regresaron a sus hogares; sus sonrisas se apagaron, sus pasitos fueron silenciados, sus manitas ya no tocaron sus juguetes, no crecerán, no podrán cometer errores y enmendarlos, nunca llegarán a ser deportistas, artistas, profesores, policías, abogados, padres o madres… su futuro fue asfixiado.
El tráfico de influencias, el incumplimineto de la ley, la corrupción, la irresponsabilidad, la falta de detectores de humo, extintores y salidas de emergencia adecuadas, arrebataron la vida de los 49 infantes de entre cinco meses y cinco años de edad, mientras que más de 100 quedaron marcados de por vida.
Las autoridades quisieron enterrar el caso, pero la memoria sigue encendida, el recuerdo y la exigencia de justicia no se apagan. Inicialmente no había ninguna persona bajo proceso judicial por el hecho, ya que todos habían sido exonerados, hasta que posteriormente por las presiones sociales han sido condenados 21de 22 inculpados por la justicia mexicana. Sin embargo, los funcionarios de primer nivel implicados ni siquiera fueron juzgados.
Lo cierto es que nada ni nadie podrá encender de nuevo esas sonrisas que la negligencia de un gobierno torpe apagó.
