Cuando algo sexy llama la atención de un hombre, tiene una erección. Lo que nos pasa a nosotras en el clítoris es menos evidente a la vista, pero igual de estimulante.
En el momento en que tu cerebro percibe la posibilidad de tener acción, tus vasos sanguíneos se expanden y envían un flujo de sangre adicional a la vulva.
Ese aumento en la circulación genera secreciones vaginales -lubricante natural compuesto de proteínas y aminoácidos- y como resultado tenemos una vulva abultada.
Te presentamos la erección de clítoris
Y entonces sucede una ‘mini’ erección. Miles de terminaciones nerviosas en las áreas más sensibles de la vagina se activan y el tejido de tu clítoris se inflama y endurece. Aha, ahora sabes que en ese momento estás teniendo una erección.
Si estás muy excitada, tu clítoris puede crecer ¡al triple de su tamaño! (requiere unos momentos luego del sexo para volver a su tamaño normal, y durante este período puede ser que te cueste trabajo hacer pipí).
Tu cérvix se suaviza, y si este o algún nervio circundante importante es rozado por un pene o un juguete durante el sexo, se pueden activar las mismas zonas en tu cerebro que se accionan con el foreplay, pero no nos limitemos al contacto con terceros, también te damos suficientes razones para masturbarte.
¿¡Qué es ese goteo que sale por la uretra?!
No, no te estás haciendo pipí. En aproximadamente el 10 % de las mujeres, las contracciones musculares del piso pélvico en el orgasmo pueden hacer que salgan unas gotas de líquido transparente por la uretra. No te preocupes, la eyaculación femenina es un fluido que se compone de azúcares naturales, fosfatasa ácida prostática (un químico que también se encuentra en el semen).
Lo más probable es que tu pareja piense que esas gotitas son increíbles y tú deberías también. Inspírense con estas pelis y terminen en la cama.