Karolina Krzyzak, influencer frugívora de 27 años, murió de inanición en un hotel de Bali tras seguir una dieta extrema basada solo en frutas
Karolina Krzyzak, una joven influencer de 27 años, fue encontrada muerta en la habitación de un hotel en Bali, tras años siguiendo una dieta frugívora extrema que la llevó a pesar apenas 23 kilos al momento de su fallecimiento.
La joven, originaria de Varsovia, Polonia, había adoptado un estilo de vida crudivegano desde los 19 años, compartiendo en redes sociales su amor por la fruta, el yoga, el veganismo y lo que ella consideraba “alimentación limpia”, sin embargo, lo que comenzó como un cambio de hábitos saludables terminó convirtiéndose en un camino silencioso hacia la desnutrición.
Una obsesión por la “pureza” alimentaria
Karolina se mudó al Reino Unido para estudiar en la Universidad de Leeds, donde descubrió el yoga y se sumergió en comunidades crudiveganas, en 2017, comenzó a seguir una dieta frugívora, basada exclusivamente en frutas crudas, y documentaba su vida en Instagram, donde acumuló seguidores fascinados con su delgadez y disciplina.
Publicaba smoothies, compartía sesiones de yoga en vivo y recibía comentarios que elogiaban su clavícula marcada o su figura “delicada”, lo que nadie imaginaba es que su salud física estaba en declive.
Según amigas cercanas, Karolina padecía osteoporosis avanzada, deficiencia de albúmina, hinchazón en las extremidades, caries, uñas amarillas, y fatiga crónica, sin embargo, seguía negándose a buscar atención médica, pues la validación en redes sociales reforzaba sus elecciones, incluso cuando su cuerpo daba señales claras de alarma.
La última parada en Bali
En diciembre de 2024, Karolina se hospedó en el resort Sumberkima Hill, en la paradisíaca isla de Bali, famosa por su cultura wellness, al llegar, el personal notó de inmediato su aspecto alarmantemente frágil, ojos hundidos, clavículas salientes, y dificultad para mantenerse en pie.
Aun así, rechazó ayuda médica y pidió únicamente que le llevaran fruta a su habitación, el gerente del hotel, acostumbrado a visitantes que practican dietas extremas, no imaginó que la situación terminaría en tragedia.
Pasó los días recluida en su cuarto, apenas saliendo a la terraza cuando tenía fuerzas, tres días después, una llamada de un conocido crudivegano alertó al hotel al no lograr contactarla, cuando el personal fue a revisarla, encontraron su cuerpo sin vida.