En política, los cambios en el gabinete suelen ser parte natural del andar de los gobiernos. Sin embargo, hay movimientos que pesan más que otros por la cercanía que guardan con sectores muy sensibles de la vida pública. Tal es el caso del relevo en la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado, donde Adriana Ochoa del Toro entregó la estafeta a Cuauhtémoc Chacón Mendoza.
Para el gremio periodístico, para quienes hemos vivido de cerca el pulso de la comunicación institucional y para la propia dinámica del gobierno, este es un cambio que se siente. No solo porque se trata de una oficina estratégica en cualquier administración, sino porque Adriana Ochoa marcó una forma de trabajar que dejó huella.
Su historia en esta etapa de la vida política de Sinaloa comenzó desde la campaña para la gubernatura de Rubén Rocha Moya, donde encabezó el área de prensa. Desde entonces mostró lo que la distinguió en todo momento: profesionalismo, serenidad y, sobre todo, humanidad. Ya en el encargo oficial como coordinadora general,
Adriana se mantuvo fiel a esa manera de entender la comunicación: cercana, accesible y respetuosa, tanto con los medios como con la ciudadanía. Se ganó un lugar, no solo como funcionaria, sino como persona con la que siempre se podía dialogar de manera franca y directa. Esa sencillez es quizá el rasgo más valioso que deja como legado en su paso por la Coordinación.
Hoy, en su decisión de dar un paso al costado por motivos personales, no queda más que agradecerle de corazón. Porque su trabajo no se limitó a boletines o ruedas de prensa; fue también tender puentes, abrir espacios y sostener con dignidad la relación entre el gobierno y el gremio periodístico. En tiempos donde la comunicación pública es vital para mantener la confianza, Adriana fue una presencia firme y cálida. Por ello, lo justo es despedirla con todo el cariño, el respeto y la admiración que se ha ganado.
El relevo llega con un perfil distinto, pero igualmente interesante. Cuauhtémoc Chacón Mendoza, pese a su juventud, no es un improvisado. Su trayectoria en la administración pública y en el sector privado habla de un hombre que ha sabido asumir responsabilidades complejas y dar resultados. En el Instituto del Deporte puso orden administrativo; en la Coepriss, más tarde, condujo la institución con eficacia y sin estridencias. En cada espacio, se le reconoció capacidad de gestión, eficiencia y, algo muy importante en estos tiempos, cercanía con la gente.
Además, Cuauhtémoc Chacón conoce de manera personal al gremio periodístico y comprende el valor de la comunicación como herramienta de gobierno y como puente con la sociedad. Hoy recibe la tarea nada sencilla de encauzar la narrativa de un gobierno que enfrenta grandes retos, en especial en materia de seguridad, y que necesita mantener claridad en el mensaje y sensibilidad en la escucha.
Se trata, sin duda, de uno de los encargos más desafiantes en la administración estatal. Pero la sencillez de su carácter, su disposición al diálogo y su conocimiento profundo del tema son cartas que le permitirán asumir este reto con solvencia.
En política, los cambios pueden verse como rupturas, pero también como oportunidades. Este relevo en
Comunicación Social es ambas cosas: el cierre de un ciclo valioso con Adriana Ochoa y el inicio de una nueva etapa con Cuauhtémoc Chacón. A ella, un sincero agradecimiento por su entrega y calidad humana. A él, el deseo de éxito en esta nueva responsabilidad que, sin duda, sabrá desempeñar con capacidad y compromiso.
Al final, la comunicación no se trata solo de transmitir mensajes, sino de generar confianza. Y en esa misión, tanto Adriana como Cuauhtémoc han mostrado que se puede trabajar con profesionalismo sin perder la sencillez. Ese es el mejor augurio para lo que viene.