Coincidieron en ello la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM) y el Instituto para la Protección de las Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas.
Una de las finalidades del Estado es el respeto de los derechos humanos y tiene que hacer todo cuando esté en sus manos para efecto de garantizarle esos derechos tanto a particulares como a las empresas, y para exigir ese respeto se deben conocer los derechos humanos.
Coincidieron en ello la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM) y el Instituto para la Protección de las Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas.
En la tradicional conferencia de prensa que ofrece ADECEM, que preside Julio César Silvas Inzunza, y en donde hoy se tuvo como oradora invitada a la presidenta del citado instituto, Jhenny Judith Bernal Arellano, también presidenta de la Academia Mexicana del Derecho, Capítulo Sinaloa, se resaltó que todas las empresas, como están conformadas por personas, también tienen derechos humanos que les deben ser respetados.
Al respecto, el presidente de ADECEM, Julio César Silvas, precisó que en cuestión de derechos humanos, respecto a las empresas, en Sinaloa hay áreas de oportunidad que atender, como son los usos de suelo, licencias de construcción, licencias de operación de negocios, pues son temas en que hay la necesidad de recurrir a los tribunales de justicia administrativa.
Sin embargo, observó, cuando se acude a estos tribunales en busca de una justicia pronta y expedita, como lo garantiza la Constitución Política de México, en los hechos a veces no se da, sino todo lo contrario.
Además, observó, hay casos de atosigamiento de ciertas autoridades fiscalizadoras que incluso estamos actualmente siendo requeridos en algunos casos desde otros estados.
“Por eso, hoy más que nunca los ciudadanos y empresarios tenemos que involucrarnos en este tema”, dijo.
Ese involucramiento, explicó, se puede lograr con el impulso de una cultura de respeto a los derechos humanos, sobre todo a partir del estudio de casos.
Por su parte, Jhenny Judith Bernal reconoció que a nivel nacional es común que sea la autoridad la agresora número uno, cuando en contraparte una de las finalidades del Estado mexicano es respetar y garantizar el respeto de los derechos humanos, no sólo a particulares, sino también a empresas, pues éstas están conformadas por personas.
“La empresa –explicó– tiene su base en seres humanos a quienes se les deben respetar sus derechos, igual que a cualquier particular”.
Es decir, precisó, los derechos humanos tienen un impacto directo en el tema de la vida de cualquier ser humano, pero también en la vida de las empresas.
En consecuencia, el Estado tiene que respetar los derechos de las empresas, de sus empresarios, pero también los empresarios tienen un deber y una obligación muy interesante con sus trabajadores y con la comunidad que hace uso de sus bienes o los servicios que ellos prestan.