Cada día es septiembre: el duelo que no termina en Sinaloa

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Cada día sigue siendo septiembre. Culiacán se convirtió en una ciudad donde la gente aprendió a mirar por la ventana antes de salir, donde los trayectos se acortan, donde se cancela la ida al parque o a la tienda, donde muchos viven encerrados no por gusto, sino por miedo. Las escuelas abren a medias. Las calles respiran silencio o pólvora. Y la vida —esa que parece algo tan simple— se convirtió en un acto de resistencia.

Hace exactamente ocho meses que en Sinaloa se rompió, otra vez, lo poco que quedaba de tranquilidad. Fue el 9 de septiembre cuando comenzaron los días largos, las noches sin descanso, los mensajes de alerta y las calles vacías. Desde entonces, la violencia no ha parado. Y lo más triste es que nos hemos ido acostumbrando a vivir con ella.

En ocho meses, el saldo ha sido devastador: 1,195 homicidios dolosos y 1,166 personas privadas de la libertad. De estas últimas, solo 539 han sido encontradas con vida. Detrás de cada cifra hay una historia: un padre que no volvió a casa, una madre que sigue esperando, un hermano que se quedó solo. Y hay más: 39 menores de edad han muerto en medio de esta guerra que, digan lo que digan, también se ensaña con los inocentes:

Gael y Alexander, de 9 y 12 años, fueron asesinados junto a su padre. Danna Sofía, de 12 años, murió tras ser alcanzada por una bala mientras viajaba en un vehículo. Carlos Felipe, de 14 años, fue asesinado en un autolavado. Uriel, de 16 años, desapareció y fue hallado sin vida en un terreno baldío. Regina, de 14 años, falleció tras quedar atrapada en un enfrentamiento en Villa Juárez. A Alexa y Leidy las balas les quitaron la vida a los 7 y 11 años en Badiraguato…

El Gobierno habla de estrategias, operativos, decomisos, cámaras desactivadas y cifras que “demuestran avances”. Pero del otro lado, están las madres que buscan en los drenes, en los cerros y en las fosas. Están las familias que ya no ponen la mesa completa. Están los niños que dejaron sus cuadernos a la mitad.

Ocho meses. Ocho meses sin paz. Ocho meses con casi 1,200 muertos, con más de mil desaparecidos, con el corazón apretado. Y mientras nos dicen que la estrategia sigue, nosotros seguimos contando muertos.

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Cómo la muerte de una mascota enseña a los niños a gestionar el duelo

La muerte forma parte de la vida, pero gestionar el duelo por la pérdida...

Frente frío trae temperaturas gélidas al sur de Florida. ¿Caerán iguanas de los árboles?

El aire más frío de la temporada está llegando al sur de la Florida,...

CEDH participa en la FIL Culiacán con la presentación del libro “La memoria como trinchera”

El profr. Oscar Loza, presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, reconoció...

UAS otorga el Doctorado Honoris Causa a Luciano Concheiro por su aporte académico y social

Entrega la UAS el Grado de Doctor Honoris Causa a Luciano Concheiro, reconociendo su...

Presupuesto 2026: más centralismo, menos Sinaloa

El reciente Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado por la Cámara de Diputados...

El mundo no está hecho para nosotros: autista

Hay frases que no se olvidan porque nacen de una experiencia profunda. Algunas palabras...

Sigue y sigue la mata dando: Sinaloa, violencia calculada

La importancia de nombrar los fenómenos sociales de manera precisa es lo que nos...