De nada ha servido que el Dr. Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público de México, sea un estudioso de la economía mexicana y de sus relaciones con la economía global. Las empresas fraudulentas trabajan a sus anchas y a plena luz del día robando sus ahorros a personas incautas en todo el país. Las aparentes acciones vienen después de conejo ido, piedras al matorral.
En octubre de 2021, Jesús de la Fuente Rodríguez fue nombrado presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en sustitución de Juan Pablo Graf Noriega.
Prometió una política rigurosa de prevención sin tolerancia a cualquier abuso y actos ilícitos de las entidades financieras “reguladas” afirmando que sus ejes de trabajo serían la prevención y sanción a abusos y la atención a temas prioritarios institucionales. Puro atole con el dedo. La propia frase reconoce que saben perfectamente que operan empresas no reguladas por la CNBV y no se pronuncia al respecto.
Ahí sigue Jesús de la Fuente y durante su periodo muchas personas siguen perdiendo su patrimonio frente a las narices de la CNBV, sin que ésta haga nada. Lo cual resulta, por lo menos, sospechoso.
La CNBV aparece ya que es demasiado tarde con aparentes bloqueos y pálidos actos administrativos a estas empresas. Una simulación que no sirve de nada.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) cumplió en 2024 veinticinco años de existencia sin proteger ni brindar defensa alguna a los usuarios de productos y servicios financieros, sobre todo de estas empresas fraudulentas y sin hacer nada por evitarlo. Al frente de esta institución sigue transexenalmente el Lic. Óscar Rosado Jiménez cobrando sin trabajar.
Es indignante.
LA DELINCUENCIA FINANCIERA EN SINALOA, DE QUINTIN LEY A INVERPLUX
Por increíble que parezca las estafas piramidales siguen captando personas inocentes y crédulas. Hay una extensa lista de supuestas empresas financieras, parafinancieras o aseguradoras fraudulentas que han operado con esquemas similares en Sinaloa desde hace cuatro décadas con la más absoluta impunidad y la indiferencia del gobierno.
Todas ellas prometiendo rendimientos muy superiores a lo que ofrecen los órganos financieros formales y las instituciones bancarias, asegurando jugosas ganancias sin riesgo alguno.
Cualquiera puede ser víctima de estos estafadores multinivel o piramidales que se disfrazan de asesores de inversiones que deslumbran ofreciendo a clientes sin malicia una prosperidad y una abundancia extraordinaria, justificando la alta rentabilidad con historias de fantasías y novelescas patrañas.
Al final todo es mentira y arrebatan al engañado, muchas veces personas mayores, de los ahorros de su vida. Es, por tanto, a nuestro juicio, un crimen de lesa humanidad pues algunas víctimas terminan suicidándose o mueren en la desesperanza esperando una justicia que nunca llegará.
Lo más insólito de esta tragedia que no deja de repetirse es que muchos de estos estafadores ya tuvieron empresas anteriormente que al cumplir el ciclo desaparecieron, y reaparecen con otro nombre para seguir robando sus bienes y ahorros a ciudadanos ingenuos que dejan literalmente en la calle con absoluta impunidad.
Al inicio de la década de los noventa Quintín Ley Young ofrecía un rendimiento descomunal. Confiaron en él miles de inversionistas que perdieron su dinero cuando Quintín se fue con sus ahorros a radicar a Miami, Florida en Estados Unidos. Sobre el destino de este cínico estafador se cuentan muchas historias legendarias.
Conozco personalmente muchas de sus víctimas que recuerdan esta tragedia. Iban a depositar su dinero en una oficina ubicada en la esquina de la calle Juan José Ríos y avenida Gral. Ramón Corona, frente a la Tienda Ley de la antigua Central Camionera en Culiacán. La mayoría eran personas jubiladas o de edad avanzada que fueron a entregar sus ahorros a un par de mujeres con obesidad mórbida que recibían los depósitos.
Cuando la desaparición se avecinaba se cambiaron a una pequeña oficina por el Boulevard Emiliano Zapata donde solo recibían depósitos de personas que, en el colmo de la ingenuidad, seguían acudiendo a pesar de que se aglomeraban ahorradores pidiendo inútilmente su dinero.
Quienes llegaban a depositar entraban de inmediato, y quienes querían hacer retiros, entre ellos muchos ancianos jubilados con los ojos anegados en llanto, jamás fueron atendidos.
Lo cierto es que en esa época se desnudaron las Pirámides que despojaron de su dinero a la ciudadanía confiada, principalmente a personas vulnerables ya de edad avanzada que tenían el anhelo de una vejez acomodada. También en ese periodo de los noventa hubo escandalosos fraudes como los que protagonizaron Capricornio y El arbolito.
La impunidad con que operan estas falsas empresas nos parece tan inverosímil que resulta difícil de creer que en este entramado no tengan complicidades en las altas esferas del gobierno. Más cuando vemos a sus socios como amigos de políticos, codeándose con la crema y nata de la sociedad pudiente.
Son zorros depredadores del dinero ajeno que evidentemente también se benefician del sufrimiento que ocasiona que sus ingenuas víctimas, seres humanos en vulnerabilidad, cándidos soñadores en desgracia, sufran horrores emocionales que los conducen a la enfermedad, el suicidio, la miseria y la desesperanza.
Lo peor es que muchos de los delincuentes financieros que operan son veteranos de estos esquemas que aparecen con una empresa fraudulenta y ya que explota, desaparecen y reaparecen con otra en la más inadmisible impunidad.
En la historia reciente hemos visto operar empresas de supuestas inversiones que han estafado a miles de sinaloenses que resienten físicamente el daño económico y moral sin que la justicia se apiade de ellos.
Lo más inaudito es que las víctimas estén condenadas a este calvario mientras que varios de los supuestos asesores que defraudaron la confianza de sus inversionistas, a quienes despojaron de su patrimonio, gozan de absoluta impunidad como Ricardo Martínez Ahumada, supuesto experto financiero que participó en la promoción de estas falsas inversiones y que hoy lleva una placentera vida social como si no tuviera remordimiento alguno, incluso al cobijo de la función pública municipal.
Ricardo Martínez Ahumada fue maestro del Instituto Tecnológico de Culiacán, como lo fue el presidente de IPX Christian Ulises González Rojo quien desvío los fondos y se fue de México con el estimado de mil millones de pesos, aunque podría ser mucho más, emulando el crimen cometido por Quintín Ley Young hace 33 años.
Como socios de Christian Ulises González Rojo se señalan a Isaac Andrey Estrada Manjarrez (hermano del ex futbolista Jorge Iván Estrada Manjarrez, “El Guty”), Jorge Gutiérrez Pérez y Cristina Medrano Román, José David Lugo rojo, José Lugo Rojo y Pedro Orrantia Lugo, quienes invitaban a invertir en dicha empresa, originarios de Ocoroni, Sinaloa.
Trasciende que los socios involucrados en estas empresas, cuyas identidades son públicas, han traspasado sus propiedades y bienes a nombre de otras personas para evadir a la justicia.
Todos desaparecieron incluyendo el contador de la empresa Pedro Antonio Pérez, al parecer primo de Christian Ulises González Rojo.
Sin embargo, con impactos de bala en diferentes partes del cuerpo, el cadáver de Pedro Antonio Pérez fue encontrado asesinado en abril de 2023 en la carretera Internacional México 15, a la altura del poblado Concheros, en Ahome, con una cartulina con el mensaje: “rata y fraudeador IPX”.
En una crónica periodística revelan que en estas empresas hubo inversionistas que aportaron fuertes sumas de dinero y que al ver que no les pagaban ni recuperaban sus inversiones, recurrieron a la delincuencia organizada que por la vía violenta y con la advertencia de “levantarlos”, los obligaron a regresarles su dinero.
HOY SIGUE LA CRIMINAL IMPUNIDAD DE LAS EMPRESAS FRAUDULENTAS
En pleno siglo XXI, en la actualidad, están documentados miles de delitos masivos de fraudes y estafas, como le quieran llamar, que ascienden al despojo de un estimado de 4 mil millones de pesos cometidos contra sus clientes sinaloenses.
Algunas de las empresas que ya causaron un enorme daño en Sinaloa ofreciendo atractivos rendimientos y que al final no hubo ganancias ni capital pues se apropiaron del dinero ajeno son Inverplux, IPX (Christian Ulises González Rojo), Smart Plus, criptomonedas Space Coin o Scoin (Sergio Peñuñuri) y Crypyosafe, Xifra Group o Xifra Lifestyle (Sergio Peñuñuri), Capital Dreams (David Ocampo Millán), Finser e Inplace.
De acuerdo con información proporcionada por José Héctor Sicairos Camacho y otras víctimas de Inverplux, IPX, esta organización fraudulenta operaba en Sinaloa a través de Grupo JICH (creada en 2016), Inverplux (creada en 2017 como fondos educativos y emprendimiento S.A. DE C.V., con nombre comercial EMPRENDEICHON), Bitalus Inter F. S.A. de C.V (creada en 2018 como incubadora de micronegocios, con nombre comercial Bitalus Inter) e IPXMAX (creada en 2020 como Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable, con nombre comercial IPX).
Lo más desafortunado de esta situación es que en este justo momento siguen activas otras empresas de inversión fraudulentas rayando en lo absurdo puesto que la propia Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaría y de Valores emiten alertas por el posible riesgo de fraude, pero no las cierran ni hacen absolutamente nada por evitarlo.
Las señales de alerta o banderas rojas (Red Flags, en inglés) que se mencionan son simples: Hay que tener cuidado con los rendimientos excesivos que ofrecen por absurdos o insostenibles, si te presionan para invertir rápidamente y, sobre todo, si te prometen que tus ganancias aumentarán si invitas a más personas a unirse a esa red de inversiones lo que se denomina con estructura de referidos, multinivel o piramidal. No hay nada con más opacidad o falta de transparencia que eso.
Además, ¡Aguas! cuando estas empresas penalizan por sacar el dinero en el momento que el cliente lo decide y por si fuera poco su rimbombante nombre aparece en inglés estableciendo en sus contratos que se rigen por reglas y leyes extranjeras, sin calidad sobre los impuestos que deben pagar.
Las banderas verdes (Green Flags, en inglés), en cambio, son indicadores positivos que sugieren que una inversión tiene el potencial de ser rentable. Estas señales pueden incluir una gestión sólida, un buen rendimiento financiero, y un entorno económico favorable.
No deben escuchar el canto de las sirenas ni creer en oasis de ensueños y fantasías irreales. Casi siempre detrás de una promesa de éxito desproporcionado hay una gran mentira.
Asesor que participó en fraude de Inverplux en Culiacán goza de impunidad en Querétaro
Ricardo Martínez Ahumada, involucrado en el fraude multimillonario de Inverplux en Sinaloa, trabaja actualmente en IRM Industry Movers, empresa internacional dedicada a la reubicación e instalación de maquinaria y equipo con sede en Querétaro.
El asesor financiero Ricardo Martínez Ahumada fue maestro del Instituto Tecnológico de Culiacán y capacitador del departamento de valores de esta institución educativa, como lo fue el presidente de IPX Christian Ulises González Rojo, quien desvío los fondos y se fue de México con el estimado de mil millones de pesos.
Afectados del fraude de la empresa de inversiones Inverplux señalaron que el supuesto experto en finanzas, que participó en la promoción de las falsas inversiones de Inverplux, fue observado participando como expositor de IRM Industry Movers.
Lo anterior fue en el stand 105 en FABTECH México, una exposición de fabricación, soldadura, metalformado y acabados, celebrada en Monterrey a principios de 2024.
Precisaron que si no es prófugo es porque la justicia es ineficiente o corrupta, porque lo de Inverplux fue un fraude financiero bien diseñado para afectar a miles de usuarios.
“Es increíble que los supuestos asesores que defraudaron la confianza de sus inversionistas gocen de absoluta impunidad después de robarnos nuestros ahorros”, manifestaron.
Al comunicarse a la redacción de este medio lamentaron la pasividad de los Poderes del Estado ante estos delitos, y su indiferencia al dolor de los ciudadanos que fueron despojados de su patrimonio por esta empresa fraudulenta con absoluta impunidad.
En las fotografías que nos enviaron aparecen de pie varios expositores, el tercero de izquierda a derecha es Ricardo Martínez Ahumada, y aparece también en el margen derecho de una fotografía obtenida de un video donde conversa con un aparente cliente.