Jorge Anatolio Medina León cubrió una época gloriosa del periodismo de combate y su capacidad de análisis y síntesis quedo plasmada para la posteridad en su columna “Sinaloa de Frente y de Perfil”, que publicó en El Sol de Sinaloa.
Fue el hombre de la prosa fina, el de la palabra demoledora, el del análisis profundo, como lo definía su propio hijo, el amigo periodista Jorge Walterio Medina.
Me consta: como aquella vez que escribió en una sola línea demoledora que el gobernador Juan Millán era tan capaz e inteligente que se daba el lujo de no tener secretario particular, en alusión directa a la descortesía o indiferencia quizás, de quien tenía el cargo en ese momento.
Nació en Ahome el 20 de febrero de 1925 y murió en Culiacán el 13 de octubre de 2004, hijo menor de la maestra Velina León de Medina.
Fue el patriarca de una familia donde domina la genética del periodismo y la comunicación. Su recuerdo perdura con admiración y afecto.
Comparto en este artículo una fotografía de Jorge Medina León (a la izquierda), con José María Figueroa Díaz, quien murió en 2003.
A Don Jorge Medina León, tío de la amiga periodista y excelente comunicadora Velina Medina, le hice una extensa entrevista para el periódico Noroeste.
En esa ocasión inolvidable, tomamos a la par, cerveza oscura en vaso con hielo, desde el balcón de su casa por la avenida Nicólas Bravo, frente al Bar “7 Mares”.
Don Jorge bebía la cerveza como agua y debo confesar que solo un bohemio profesional y no de afición podría mantenerle el ritmo.
Las ambarinas hicieron su efecto inspirador y la charla fue fructífera. Creo que esa publicación fue enmarcada y colocada en un lugar especial de su hogar.
Hombre de letras, escribió en La Voz de Sinaloa, y dirigió La Verdad y La Voz del Valle, si no me equivoco.
Tendría que acudir a la entrevista que escribí, donde intenté plasmar cada detalle biográfico del personaje y de su admirable progenitora Velina León de Medina, destacada mujer en la historia de Sinaloa que nació a finales del siglo XIX y fue profesora, política y luchadora social.
Sin embargo, soy poco afecto a guardar mis trabajos, los cuales solo quedan en mi memoria, así como la grata charla en la que, entre cerveza y cerveza, antes de iniciar cualquier comentario, Don Jorge me decía: Mire, maestro ….
Hoy se cumplen diez años de su partida.