La reelección es un tema polémico en nuestro país. Hoy pueden reelegirse presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y senadores. Es decir, casi todos los espacios de representación popular menos la presidencia de la república y las gubernaturas.
La relección no inició con la 4T pero sí se volvió una práctica distintiva. Existe toda una corriente dentro del partido morena que se ha pronunciado en contra de quienes buscan perpetuarse en los cargos. Esta postura no es ajena a las voces de la calle, que durante este proceso electoral reafirmaron su respaldo a morena (Plan C) pero manifestaron, en ciertos casos, su rechazo a la continuidad de perfiles.
La síntesis de la coyuntura actual está en los resultados. La simpatía al proyecto, por contradictorio que pueda parecer, fue mayor al rechazo del método en Sinaloa. Morena y aliados tuvieron 25 candidatos que buscaron la relección, de los cuales 21 de ellos la obtuvieron por el principio de mayoría relativa o la alcanzaron por representación proporcional (sin contar a regidores o síndicos procuradores). Solamente en 4 de 6 ayuntamientos, menos de la mitad, los ciudadanos rechazaron a las y los ediles que querían continuar.
Es decir, 8 de cada 10 candidatos de morena que buscaron la relección en Sinaloa ganaron su contienda. Todos los aspirantes al poder legislativo tuvieron triunfos, sin importar que, al término de sus periodos, acumularán hasta 9 o 12 años en sus espacios. La relección es esencialmente legislativa y está influenciada por la tendencias del partido, no desde la individualidad.
La reflexión inmediata puede centrarse en la antipatía de los candidatos. Los triunfos de los legisladores nos invitan a buscar otras variables. Por ejemplo, la política de alianzas del adversario, las sumas y restas del ejército propio, los errores en la atención a grupos en la administración pública o la falta de operación política. Todos estos elementos son factores determinantes en una elección.
Según se ha difundido, la Dra. Claudia Sheinbaum, próxima presidenta de México, ha manifestado su rechazo a la relección y tiene como objetivo que el legislativo la anule antes de su toma de protesta. Esto pudiera significar la posibilidad de que gente nueva asuma responsabilidad o bien, que los mismos personajes cambien de escenarios antes de retornar, como sucedía en los tiempos de los políticos “de carrera”.
Para algunos partidos políticos, la continuidad de dirigentes también está llegando a su fin.
En morena, la presidencia y la secretaría general deberán renovarse después de octubre de este año, como lo avaló la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en abril del año pasado. Dante Delgado, senador relecto por la vía plurinominal y dirigente por 9 años, difundió que en diciembre de este año comenzará el proceso de renovación en Movimiento Ciudadano.
En Sinaloa, la renovación se prevé en 2025, cuando el comité estatal en funciones culmine su periodo de 3 años.