Cuando algo se pone de moda es porque no va a llegar muy lejos, así como antes fueron las competencias o el concepto de la complejidad, ahora salen las neurociencias, un constructo conceptual más que traen del terreno del marketing y las ventas de manuales de psicología.
En este mismo terreno esta las aportaciones de Yuval Noah Harari, un flautista de la posmodernidad, de la prospectiva, quien vende el futuro, como si de autodeterminación no se tratara, repitiendo la realidad predictiva, sin más sentido que afianzar un discurso occidental que ha sido rebasado.
A los cazadores nos quieren vender la liebre, para que nos convirtamos en unos perezosos del pensamiento, eso sí, con un módico precio por la acreditación del buen arte de pensar. Faltaba más.
La NeuropsicologÍa por otra parte, es un campo de conocimiento desarrollado por Alexander Luria compañero de Lev S. Vygotsky, pero huele a Comunismo, es mejor la versión occidental de la Psicología Cognitiva, una forma muy a la norteamericana de censura que es ignorar.
Tal parece que occidente insiste en hacer de su derrota un triunfo, nos llevan por un camino de autodestrucción y ahora nos venden las respuestas: el cuidado del ambiente, la economía ambiental “verde” que no ecológica, las Acreditaciones para el buen salvaje, y todo un kit del “revolucionario” asimilado, lejos del feo deseo de transformarlo todo, eso es para inadaptados, hoy hay que repetir el Pensamiento Crítico: son Neurociencias.