Por el Dr. Francisco Morales Zepeda
Los indicadores de calidad que el Neoliberalismo le impuso a la Universidad son una fuerte carga financiera que afecta a las instituciones educativas, se basa en una visión de las Acreditaciones pagadas a asociaciones civiles vinculadas a la Burocracia Dorada de la SEP.
Durante treinta años el Sistema de Acreditaciones ha significado un sangrado permanente para el presupuesto de Educación Superior, sin que por ello se garantice la calidad de las instituciones y sus egresados.
Es Universidad con mirada mercantil, empresarial, ya no se sostiene, en ella está el germen de la derecha, se sustenta en una distinción basada en la pertenecía a un club de elegidos por el dinero y no por el esfuerzo, lo que no pocas veces se traduce en simulación y corrupción, aspectos que tienen que terminar.
Lo que presenciamos como el movimiento por la defensa de la Autonomía en la UAS, en muchos aspectos es la defensa de este sistema de calidad que se ha montado como una estructura burocrática por encima de las instituciones y que corresponde a una serie de indicadores que en nada tienen que ver con la responsabilidad de la Universidad con el desarrollo económico de la localidad y la región.
Estamos entrando en la última fase de un largo proceso de resistencia, por parte de la derecha, a los cambios necesarios y apremiantes en la educación Superior, el fin de modelos y la consolidación de nuevas variables en la calidad educativa, sin eufemismos como la excelencia, indicadores vinculados con el Territorio y la Historia de cada Región del país, sus potencialidades de desarrollo.