Jusacamea era el segundo apellido de mi abuelo Sabás, crecí escuchándolo hablar en su amada lengua Mayo-Yoreme, siempre orgulloso de sus raíces, o su escape para hablar con groserías, quién sabe. Cada vez que se acerca la Semana Santa, reviven en mi mente los cantos y danzas que he disfrutado por tener la dicha de ser “india”.
Empo Yoreme, uri (tú eres niña indígena), me decía mi ´apá Sabás. “Mamai tutuli matsi” (soy la más bonita), me enseñaba a decir mientras miraba televisión en el porche de su casa en Tetanchopo, mientras el baile empezaba en “la cancha del lugar” con rolitas del súper grupo de lujo: La Concentración, su majestad La Brisa o unas cumbias de Juan Ortega.
Afortunadamente, a pesar de las carencias económicas, viví una niñez entendiendo usos y costumbres indígenas. Agradezco saber qué es un conti (ceremonias realizadas cada viernes durante cuaresma, que es a partir del Miércoles de Ceniza, hasta Semana Santa), saber que los judíos (fariseos) representan la maldad y a los captores de Jesucristo, saber que el baile del Mazo (danza del venado) habla de la belleza de la naturaleza, saber que San Juan es nuestro patrono y le dedicamos noches enteras para bailar y cantar para él.
La Bartola, fue la mera dueña de sus quincenas, o al menos eso decía. Cada día prendía la leña y preparaba al menos un kilo de tortillas de harina, con sus respectivos frijolitos, y si había dinero se le añadía su quesito fresco, cómo de que no. La veo amasar la harina y extender las tortillas con una botella a las cinco de la mañana para hacer el lonche antes de que mis tíos y Don Sabás se vayan a trabajar en la ladrillera.
Játishe aane (¿cómo estás?) pregunta la mami Tola, Ewi ke turi (estoy bien) le contesta la Jatoshi (sobrenombre que me puso un tío). Ella reniega mucho, pero es capaz de quitarse el bocado de la boca para que otros no pasen hambre. Gracias a ella aprendí la importancia de compartir y ser servicial. Gracias a ella prefiero pasar los Días Santos en San Ignacio Cohuirimpo y después ir a Huatabampo por unos ostiones.
Cada 21 de febrero, se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna se pone de relieve la importancia de la diversidad lingüística y el multilingüismo, que son un patrimonio inestimable de la humanidad. Un buen día para recordar de dónde venimos y sentirnos orgullosos de nuestras raíces.
Chiokore uttesia (muchas gracias) por leerme.
Le comparto una fotito con Don Sabás, en la Serie del Caribe 2013, porque cabe destacar que era amante del Rey de los Deportes:
NOTA: Pido una disculpa si no escribí bien las palabras en Yoreme, sólo aprendí a hablarlas y no a escribirlas.