Para la Generación del 90 del siglo XX el Zapatismo en México es la voz de la Resistencia al Neoliberalismo, un gran grito: ¡YA BASTA!
Ese grito había permitido que la juventud y las generaciones de 1960, 1970 y 1980 se encontrarán en las calles protestando contra la lógica de muerte en la que nos había llevado la entrega del país a potencias extranjeras.
Una gran energía se desató en esos años hasta el triunfo de Cárdenas en la Ciudad de México.
A partir de ahí, la desbandada comenzó.
Para el año 2000 la fuerza del Zapatismo quedo en manos de esos 15 minutos en los que resolvería el problema Vicente Fox, hasta llegar al silencio con la Guerra del Narco de Felipe Calderón y la estela de muertos que se desató con el silencio del Zapatismo.
La contrainsurgencia se convirtió en Narcotráfico, en Guerra Demográfica y sistémica en la presidencia de Enrique Peña Nieto, el Zapatismo en contemplación.
Hoy a 30 años, después de una campaña de candidata independiente, después de no pronunciarse contra la Reelección de “El Pacto por México” desgastado al enfrentarse a las políticas de consolidación del capitalismo en el sureste de México, con un discurso de la posmodernidad desgastado, con el poder del no poder como una bandera del posanarquismo, con un después que tardíamente reacciona a la Izquierda y Abajo, el Zapatismo no ha logrado encontrar el camino a un lucha que reivindique una nación pluricultural y plurinacional, solo esperemos que dentro de los vacíos de lo Decolonial y el Género no termine sacando una candidata tras que cubra la cuota de género.
Hay que volver sobre los pasos, recuperar a la Clase Obrera, levantar a los campesinos por el Artículo 27 constitucional y deshacerse de las influencias de la derecha, de los intelectuales orgánicos de la Socialdemocracia de Europa, del Eurocomunismo más rancio, del “pudimos” que no llegó a nada, andar sobre los pasos de la República Española y Méxicana, que retumben los rifles de madera, en un entorno que ya no está esperando los poemas de guerra, sino la Guerra de Poemas, definiendo los territorios y la vida de los ciudadanos de México a través del Ejército Libertador del Sur y la División del Norte con las Armas en la mano al grito de ¡Sufragio Efectico, No Reelección!
El zapatismo de los 90, no fue el del 2000 y menos aún el del 2010, se perdió en un punto antes del 2020, quedó atrapado en los discursos Posmodernos y ahora no logra encontrase fuera de los reflectores del vacío, en donde el Proletariado se desdibuja en una pantalla, replegado en la mente de quienes en los 90’s del siglo pasado vimos muy claro el regreso del Comunismo desde la base, abajo y que se perdió en la vanaliada de lo inmediato y mediático, de unos cuantos.