Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
“Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, yo fuí creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, y no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí’… Hace unos cuantos siglos un señor llamado Dante describió la entrada a las puertas del infierno con las palabras antes mencionadas. En la actualidad de la política mexicana, otro Dante describe con similares palabras el destino de su partido y el papel que juega ¿desde la oposición? en el proceso electoral que se avecina el año próximo.
Dante Delgado está muy lejos de ser un personaje a la altura de su tocayo Alighieri (escritor de la Divina Comedia) sin embargo, al igual que él y todos nosotros, tendremos nuestra propia experiencia viajando por nuestro infierno personal. Dante Delgado y dueño de MC está iniciando su descenso por el inframundo que terminará ante la presencia frente a frente del maligno. Alighieri tuvo de guía para transitar por el Hades a un gran sabio y escritor clásico llamado Virgilio; Delgado tiene de guía al mismísimo maligno. Alighieri viajó al infierno para encontrarse a sí mismo; el Dante de Movimiento Ciudadano quiere viajar al infierno para disfrutar la vida de turista.
Movimiento Ciudadano está metido en un berenjenal. Se consideran a sí mismos como los puros en alma y cuerpo en medio de una batalla entre dos bandos ideológicos. No podrían estar más equivocados. Dante Delgado (dueño de MC) tiene el pecado original del príismo. Ahí nació. En el PRI construyó su carrera política; abandonó al revolucionario institucional cuando le negaron espacios en Veracruz y hasta a la cárcel fue a dar. Un error lo comete cualquiera, pero el señor Delgado no se cansó de cometer errores. En más de una ocasión se revolcó en el lodo de los partidos que tanto crítica. Ya fue comparsa del PAN y de López Obrador. Su partido recibió a príistas con los brazos abiertos y vendió su amor al mejor postor durante años. Hoy dice que su partido no es como los partidos tradicionales, pero su partido poco tradicional tiene un cacicazgo de décadas.
Existe un refrán popular que versa: “El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”. El problema de Movimiento Ciudadano es no tener buenas intenciones. Al parecer, su misión es llanamente empedrar el camino al infierno sin más. No hay buenas intenciones en desmembrar a la oposición. Ellos saben que no tienen posibilidad de triunfo, pero sus decisiones sí fortalecen la posición del régimen. En sus cálculos, un triunfo de MORENA es buen negocio para Movimiento Ciudadano con miras al 2030; por otro lado, un triunfo del Frente opositor descarrila el onanismo futurista de Dante Delgado.
En la Divina Comedia, el primer círculo del infierno está definido como el limbo. Un lugar para las almas que fueron buenas, pero murieron sin ser bautizadas. Dante Delgado sí fue bautizado. Fue bautizado como priista. Es inocente suponer que su alma se encuentra en el limbo. No es así. Muchos consideran que ese es el lugar de residencia de Movimiento Ciudadano. No lo veo así. El limbo es para inocentes; los de Naranja son todo menos eso. Están manchados por todos lados.
El círculo del infierno más apto para Dante Delgado, en caso de naturalizar su plan de dividir a la oposición, es el último: el noveno, en la zona ptolemaica para ser más precisos. En esa parte del infierno, son castigados los traidores a los huéspedes y a quienes traicionaron a aquellos que confiaron en ellos. En esta región del noveno círculo viven las almas de los poseídos por demonios que toman el control de los cuerpos de las personas, haciendo que sus almas caigan inmediatamente al infierno mientras sus cuerpos siguen viviendo en la Tierra. Esto crea una especie de división entre el alma y el cuerpo. Dante está poseído. Fue tomado por demonios del régimen. Las consecuencias para la oposición son funestas, pero magníficas para los seguidores de López Obrador.
Movimiento Ciudadano navega por los ríos del infierno bajo la firme mano de su barquero Caronte Delgado. Su viaje por el inframundo está por comenzar. Ellos creen que viajan seguros de la mano de su guía por los círculos del inframundo. Deberían tener cuidado. El único que tiene pacto con el dueño del infierno es Dante Delgado, el resto de las almas emecistas podrían ser el pago para mantener los privilegios de un político que se niega a vivir en las sombras.
¿Usted qué opina, amable lector? ¿Movimiento Ciudadano saldrá con bien de su viaje por el infierno o terminará congelado en su trágica comedia?