Libros de texto, el menor de nuestros males

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Con el escándalo de los libros de texto, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó el control de la agenda nacional que perdió durante unas semanas con la inesperada irrupción de Xóchitl Gálvez.

Con algunos elementos para la discusión, como el proceso legal y la metodología pedagógica, los libros de texto son en realidad una provocación desde el poder que, sin embargo, puede aprovecharse como punto de partida para analizar lo que realmente ocurre en el sistema educativo nacional, el peor evaluado por la OCDE desde el año 2000 cuando Mexico participó en el Programme for International Student Assessment (PISA); es decir, Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos.

Algunas consideraciones para abonar a la estridencia:

1. Desde la pos revolución los gobiernos del príato contaron la historia a su modo y conveniencia, haciendo honor a la frase “la historia la cuentan los vencedores”. La “historia oficial” está plagada de mentiras e imprecisiones que fueron sembradas como dogma de fe sin alentar la indispensable curiosidad de los alumnos (¿en realidad la “gesta heroica” de los niños héroes tiene sustento o es una fábula fantástica, en serio alguien tuvo tiempo de anotar la frase “va mi espada en prenda.. ”, o qué tan cierta fue la desbordada magnanimidad del benemérito que hoy sabemos nació tres días antes de nacer, o la dictadura de don Porfirio fue realmente atroz..?)

2. Los libros de texto han sido un vehículo de propaganda política, como lo hizo Mao en China con su revolución cultural en los 60. En 2014 el sinaloense Jaime Labastida Ochoa encabezó la comisión revisora que hizo un análisis profundo de los libros, con la colaboración de Diego Valadés, Ruy Pérez Tamayo, Julieta Fierro, Adolfo Castañón, Ignacio Padilla, Patrick Johansson y Concepción Company y concluyó con un diagnóstico definitivo: “son un desastre!” Las deficiencias encontradas en los libros de texto gratuitos se derivaron de haber entregado su redacción al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a través de Fernando González Sánchez, yerno de la maestra Elba Esther Gordillo, entonces subsecretario de Educación Básica. “Ahí es donde se perdió el rumbo”, concluyó Labastida Ochoa, director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).

3. No es un secreto que los grupos reaccionarios y clericales se han opuesto sistemáticamente a la actualización de los materiales pedagógicos de apoyo para la enseñanza, particularmente en temas como aborto, terapias de conversión, identidad de género, etc., que “atentan contra la moral pública”.

4. Los de Max Arriaga recogen todos esos vicios con un agravante: fueron hechos con las patas y alientan la crispación nacional como estrategia política, según algunos críticos de la 4T. En esa misma línea, destruir el sistema de salud pudo tener el mismo propósito: controlar la voluntad de los 53.5 millones que atendía el Seguro Popular en 2018. Acabar con la pobreza e ignorancia del pueblo no aporta rentabilidad política como si la tiene mantenerla o agravarla, avivando de paso la confrontación entre ricos y pobres. Bajo la perspectiva actual, el pobre que triunfa traiciona a sus grupo social y los ideales de la transformación.

5. MéxIco ocupa desde 2009, año en que empecé a seguir el tema, el último lugar en la evaluación trianual PISA de la OCDE. No solamente está en la cola sino que en cada evaluación retrocede por ignorar las recomendadas para avanzar. La ignorancia, como la pobreza, también es moneda de cambio en la seductora tentación de perpetuarse en el poder. Solamente así se entiende que un gobierno humanista reduzca presupuestos para educación y cancele el programa de escuelas de tiempo completo que mata varios pájaros de un tiro en términos de desigualdad. Pobreza e ignorancia son la combinación perfecta para mantener a raya a las masas.

6. En el plan piloto de la Iniciativa Todos Somos Sinaloa colaboramos desde 2011 con alumnos de primarias públicas en zonas de marginación y violencia, tomando algunas enseñanzas del sistema educativo de Corea del Sur que en los últimos 25 años transformó al país en una potencia económica y Olímpica a través de educación y deporte. Las diferencias entre ambos sistemas, por supuesto, son sustantivas: allá el ciclo escolar es de 228 días, la jornada de aprendizaje es de 12 horas, lo que pudiera considerarse como un exceso, y la curricula es de 5 o 6 materias. Explico estas asimetrías con una descripción gráfica: en una competencia náutica, los niños coreanos van en una lancha de fibra de carbono, batería de motores fuera de borda, comunicación satelital y los nuestros navegan en una chalupa xochimilca con remos remendados, esperando que los impulsen vientos providenciales. Esa es la diferencia entre el primer y último lugar de PISA.

7. Los libros de texto son el menor de los problemas de la educación pública en México. La discusión debe centrarse en las condiciones físicas y emocionales con las que llegan al aula niños violados, maltratados, desnutridos o enfermos. Las 5 reformas educativas, de Vasconcelos a López Obrador, han evadido la responsabilidad de crear políticas públicas que resuelvan esta situación: en estas condiciones de desventaja y desigualdad, de nada sirven excelentes maestros, que los hay, uniformes nuevos, tabletas y pizarrones digitales o libros de texto elaborados por los mejores pedagogos del mundo. De nada.

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