Las redes sociales tienen un impacto muy fuerte en nuestra vida ¡te decimos cómo los filtros pueden causarte problemas emocionales!
El éxito que han alcanzado los filtros que se utilizan en redes sociales como Instagram o TikTok no tiene precedente; bien podríamos decir que la gran mayoría que utiliza estas plataformas los han usado cuando menos en una ocasión. ¿Por qué?, los expertos sugieren que este fenómeno se debe a que hacen posibles alcanzar estándares estéticos que en la realidad son muy difíciles de obtener o que incluso no existen, y es precisamente por ello que podrían terminar siendo perjudiciales para la salud.
Estándares de belleza inalcanzables
En un comienzo las modificaciones físicas de estos filtros eran más que evidentes; deformaciones pensadas para ser divertidas y pasar unas cuantas risas. Sin embargo, hoy en día estas modificaciones terminan siendo tan sutiles e imperceptibles para el ojo común que la realidad se distorsiona e incita a los usuarios a aspirar a ser tal y como se ven en sus fotos o historias.
Los estándares de belleza irreales o inalcanzables generan este gran problema: la baja autoestima. Las personas se obsesionan con la idea de hacer realidad esos filtros a tal punto, que la inconformidad hacia su propio rostro o cuerpo termina por aparecer; particularmente provocan que no toleres esas “imperfecciones” que todo ser humano tiene.
Necesidad constante de aprobación
La baja autoestima y la ansiedad suelen tener su origen en inseguridades, en este caso respecto al cuerpo y la apariencia física del afectado. Con el tiempo, es muy probable que esta persona llegue al punto de necesitar que otras personas lo validen para poder sentirse cómodos consigo mismo; es decir, la percepción de su belleza dependerá de otros.
Trastorno dismórfico corporal
En el peor de los casos, el afectado podría desarrollar esta enfermedad mental, en la que no se puede dejar de pensar en los defectos que uno percibe de sí mismo, ya sea que estos sean reales o no, lo que lo llevará a desarrollar conductas obsesivas para alcanzar aquellos estándares de belleza inexistentes.