Paleros Vs Chayoteros

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Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)

La guerra se desató. Los bandos están cantados. Desde las redes sociales, partidos políticos y el propio Presidente de la República decidieron bautizar a los bandos. Por un lado, tenemos a los denominados chayoteros; en la otra esquina están instalados los paleros.

El mote de chayotero se popularizó entre el pueblo mexicano y recae sobre todo aquel personaje que recibía algún tipo de emolumento por ensalzar las obras del gobierno en turno o políticos en general. Se entendía por chayote al arte de comprar conciencias desde el Poder para recibir porras ficticias; sin embargo, por alguna extraña razón, durante este sexenio, los chayoteros pasaron a ser todo aquel periodista que se atreviera a criticar al gobierno de López Obrador. Curiosamente, los personajes que decidieran apoyar al gobierno no recibieron el epíteto de chayotero. En pocas palabras, durante este sexenio, el colectivo mexicano decidió que chayotero sería toso aquel critico al gobierno desde los medios de comunicación.

Por casi 4 años de sexenio, los amanuenses oficiales (porristas) transitaron con plena impunidad. A pesar de recibir dinero del erario, muchos comunicadores (sobre todo yuotuberos) no eran considerados chayoteros, pero esto llegó a su fin. En días recientes, la periodista sonorense Reyna Haydee Ramírez, bautizó de manera oficial a los aplaudidores oficiales. Los llamó en plena conferencia mañanera Paleros. Así nació de manera oficial la lucha entre Chayoteros Vs Paleros

El propio presidente López Obrador salió en defensa de los paleros. Dijo que no tenía nada malo ser periodista y apoyar al gobierno: “No es pecado”, agregó el mandatario. “Además son muy poquitos los que nos defienden y siempre hay que dudar de los que se dicen independientes”, cerró la defensa palera hecha por el mandatario desde la tribuna mañanera. 

El presidente tiene razón. Ser “Palero o Chayotero” no debería tener nada de malo. En México muchas veces no queremos ver al pueblo como mayor de edad y exigir objetividad absoluta de parte de nuestros comunicadores, como si la audiencia no tuviera la capacidad de distinguir entre opiniones y noticias. Los medios de comunicación en general y periodistas en particular deberían presentar sus contenidos con sesgos ideológicos sin temor a ser insultados por ello. La gente de derecha está en su derecho de ver las noticias donde se le dé la gana y los de izquierda deberían escuchar los aplausos al gobierno donde mejor les plazca. La objetividad en la comunicación es poco menos que imposible. Cualquier nota u opinión tienen cargas ideológicas, morales, condescendientes o   editorializadas. Tl vez un robot podría ser totalmente parcial, pero un ser humano objetivo es poco menos que imposible.

Por otro lado, si no podemos aspirar a la objetividad, si podemos aspirar a la veracidad y consistencia de parte de nuestros comunicadores. La veracidad de no inventar nota, datos u hechos. No es lo mismo opinar sobre un hecho inventado que sobre hechos consumados.  Los comunicadores no veraces sí deben de ser criticados sin importar ser aplaudidores o críticos. Faltar a la verdad no debe ser tolerada por ninguna de las partes. Si quieren escribir ficción existen las novelas para eso.

La consistencia es otra característica que deberíamos exigir. Cuando un comunicador cambia su postura de manera radical en un periodo de tiempo muy corto y sigue cambiando sin importar que se contradiga constantemente no lo podemos tomar en serio. Esos no son ni paleros ni chayoteros; esos van a mentir sin pudor con tal de conseguir algún tipo de utilidad personal.

Ser “chayotero o palero” (según la visión de los bandos) no debería ser motivo de vergüenza. Eso si, quien decide defender a un político o gobierno debería es igual de responsable por sus fracaso o excesos. Los aplaudidores de gobiernos no deberían negar demencia a la hora de los reclamos. Si alguien aplaude es porque se siente parte del equipo y aceptar las consecuencias.  Aplaudir al gobierno es una actividad peligrosa. Al gobierno se le debe criticar siempre y en todo momento. La crítica es lo único que los hace caminar. Las alabanzas lo único que consiguen es dar herramientas a los políticos para conformarse; la critica los obliga a estar alertas. Aún así, ser palero no es malo. Están en su derecho. Es una forma de contribuir en lo que creen.

¿Usted qué opina, amable lector? ¿Con qué bando se identifica? ¿Paleros o chayoteros?    

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