Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
Hay de incendios a incendios, algunos arrasan con ciudades en su totalidad y otros sirven para purificar áreas completas. Se podría decir que los incendios forestales funcionan para hacer renacer bosques y selvas con una mayor fuerza. En la UAS hay un incendio, pero a estas alturas es difícil saber de que tipo de lumbre estamos hablando: puede ser un incendio catastrófico o uno purificador que haga renacer la tierra quemada.
El fuego se ha utilizado históricamente en muchas culturas y tradiciones como un medio para purificar. En algunas religiones, como el hinduismo y el zoroastrismo, el fuego se considera sagrado y se utiliza en rituales de purificación. En ciertas ceremonias religiosas y espirituales, el fuego se utiliza para simbolizar la eliminación de impurezas y para purificar el cuerpo y el alma.
Los pirómanos que quieren ver arder a la universidad son muchos. Unos quieren mantener el fuego dentro de los campus universitarios para cosechar sobre las cenizas; el grupo político que controla la UAS quiere soplar a las llamas para que alcancen al resto de la sociedad.
En esta historia no hay buenos ni hay malos (¡Bueno! Sí hay más malos que buenos) lo que tenemos es el choque de dos grupos por el control de una institución con un presupuesto inmenso, nóminas a discreción y tropa estudiantil para utilizarla según convenga.
El Poder Judicial del estado de Sinaloa a través de un juez determinó que el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña, fuera retirado del cargo porque, a juicio y petición de la fiscalía, el rector estaba obstruyendo las investigaciones que tiene en su contra por el delito vinculado a una supuesta compra ilegal de tortillas por un monto millonario que sobrepasaba los precios de mercado de una manera importante.
La resolución desató una serie de protestas de parte de la comunidad universitaria que colapsó la capital del estado y trastocó la vida cotidiana de la universidad. La UAS está en pie de guerra y eso nunca será bueno para nadie. El incendio iniciado en los tribunales fue rociado con gasolina Rosalina. No sabemos hasta donde llegará el fuego y a quien quemará. De entrada, y para fines prácticos, el rectorado de Madueña llegó a su fin. La justicia federal podría otorgar amparos al rector, pero su administración está defenestrada. No hay manera que las autoridades universitarias puedan sacar adelante su proyecto académico en medio de un incendio que se extiende sin control. La prioridad ya no es la academia: es atizar la lumbre.
En medio de las llamas quedó atrapada la comunidad universitaria. Miles de alumnos quedarán afectados al no tener claridad y certeza sobre la situación jurídica de la administración rosalina. Cosas tan sencillas como títulos o certificados de estudios pueden tardar más de lo previsto por la falta de claridad en quien es la autoridad (los títulos y certificados son firmados por el Rector y Srio. Gral). Lo mismo sucede con presupuestos para becas, viajes de estudios, intercambios académicos, etc. La universidad quedará reducida al mínimo operativo.
La UAS se incendia. No hay duda; por desgracia no hay bomberos que se encuentren cerca. Nadie se quiere meter ante semejante incendio. Los que están detrás de la chamuscada son poderosos en ambas partes. Pocos o nadie tomará partido si no tienen algún tipo de interés personal (político, laboral, económico, etc.). Al final, el incendio tendrá que terminar por sí mismo. Se ahogará por falta de combustible. Para algunos será una desgracia y para otros será una verdadera bendición.
Hasta este momento es difícil saber quien se forjará al calor y quien quedará derretido para siempre. La UAS inicia un nuevo ciclo. La leyenda cuenta que Nerón quemó a Roma (No fue así) para construir extensiones de sus palacios. Partes de la ciudad le estorbaban. Quizá Nerón no inició el fuego, pero fue beneficiado de él. Tras la tragedia, el emperador construyó el palacio que había soñado porque ya nada estaba en su camino. En la UAS no queda muy claro quién es el Nerón y quien quiere construir sobre sus ruinas.
¿Usted qué opina amable lector? ¿Quién es el Nerón en esta historia?