La legislación, que el Gobierno ha calificado de “histórica”, entrará en vigor en 2024
El Parlamento de Estonia ha aprobado este martes el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que lo convierte en el primer país báltico en legalizarlo. La legislación, que prevé una reforma de la ley de Familia, entrará en vigor en 2024. El Gobierno ha calificado como “histórica” esta decisión. La aprobación ha contado con el apoyo de 55 diputados frente a 34, según ha informado ERR, la radiotelevisión pública de Estonia. Los votos afirmativos han llegado de los diputados de la coalición de gobierno, formada por liberales y socialdemócratas. “Estamos construyendo una sociedad en la que los derechos de todos son respetados y la gente puede amar libremente”, ha afirmado Kaja Kallas, primera ministra estonia, en un mensaje de su cuenta de Twitter. Kallas es la mandataria del Partido Reformista Estonio, formación de centroderecha. “Todo el mundo debe tener la oportunidad de casarse con aquella persona a la que ame y con la que quiera pasar el resto de su vida. Con esta decisión, finalmente nos sumaremos a otros países nórdicos y otras democracias del mundo que tienen este derecho garantizado”, ha puntualizado la primera ministra. La aprobación llega una semana antes del Día internacional del Orgullo LGTBIQ.
La ministra de Protección Social, Signe Riisalo, ha agradecido a la comunidad LGTBI el “entendimiento y la paciencia todos estos años” y ha subrayado que, “a pesar de que se trata de cambios específicos a nivel técnico y legal”, no se puede olvidar de la importancia de este tipo de iniciativas legislativas. “El matrimonio igualitario nos hace una sociedad más considerada”, ha añadido.
Una encuesta del Centro de Derechos Humanos de este año revela que el 53% de los estonios apoya el matrimonio igualitario. Hace una década este porcentaje era solo del 34%. En la actualidad el porcentaje de estonios que considera “inaceptable” la homosexualidad es del 38%. De hecho, a finales de mayo, varios centenares de ciudadanos se concentraron frente al Parlamento de Tállin, capital estonia, para protestar contra las enmiendas a la ley de la Familia, que permitirían los matrimonios entre personas del mismo sexo, una protesta organizada por el grupo conservador la Fundación para la Protección de la Familia. La minoría rusa, que constituye un cuarto de la población, es especialmente contraria a las uniones entre personas del mismo sexo: solo el 40% la apoya.
A pesar de la reticencia de la extrema derecha, Estonia se ha convertido también en el primer país de la antigua Unión Soviética en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. En cuanto a sus vecinas también exrepúblicas soviéticas, Letonia tiene en marcha protecciones legales para personas del colectivo LGTBI, pero el matrimonio no está legalizado. En Lituania, estas protecciones van dirigidas a frenar la discriminación, pero no ha legislado ni ha legislado el matrimonio homosexual ni se permiten las uniones civiles.