Se apagó la luz de Luis Enrique Ramírez, una de las mejores plumas de Sinaloa y periodista galardonado a nivel nacional. Un comunicador y ser humano sincero, encantador, hermético y leal. Décadas de trayectoria quedan marcadas por su inigualable estilo de escribir y peculiar manera de entrevistar.
Fue en el año de 1980, a sus 17 años de edad, cuando LER (como le llamaban sus amigos) inició en el mundo del periodismo, principalmente en el ámbito cultural para medios nacionales como La Jornada, El Financiero, El Nacional, entre otros.
Muchas de estas entrevistas, quedaron plasmadas en su libro “La muela del juicio”, publicado en el año de 1994 como parte de una colección de periodismo cultural de Conaculta. En este recopilado se retomaron entrevistas con grandes artistas, como Rufino Tamayo, Lola Beltrán, Angélica María, Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, Chavela Vargas, entre otros. Incluso con el ex presidente José López Portillo. Mismas que próximamente estaremos compartiendo con ustedes. También escribió La ingobernable; encuentros y desencuentros con Elena Garro (editorial Raya en el Agua).
Fue discípulo de la mismísima Elena Poniatowska, quien incluso lo llegó a ver como un hijo al que adminaba en demasía por su manera de comunicar. Lo describía de la siguiente forma en el prólogo de su libro:
“Luis Enrique Ramírez es norteño, alto, 1.86 de estatura, de cabello muy tupido y muy negro, ojos negros, cejas negras, a veces intenciones negras y sonrisa entre seráfica y luciferina.
Tiene el poder de crear una historia en torno a cada uno de sus entrevistados. Los envuelve en atmósferas de su invención. Atraviesa a sus interlocutores y los adivina antes de que respondan. Creo que entre los jóvenes es el mejor, el más fino, el más perceptivo, el más talentoso de los periodistas. Y, desde luego, el más encantador.”
Llegó a cubrir diferentes fuentes a lo largo de su trayectoria, fundó su propio portal de noticias Fuentes Fidedignas en junio de 2012, medio enfocado en defender a la comunidad LGBT+ y a los animales, combatir las adicciones y la lucha por la igualdad sustantiva. Fue en la opinión e investigación sobre política que se refugió en sus últimos años a través de su columna “A la báscula” en Fuentes Fidedignas y recientemente “El Ancla” en El Debate.
A lo largo de su quehacer periodístico, Luis Enrique recibió diversos reconocimientos a su trabajo, entre ellos el Premio Pablo de Villavicencio, otorgado por las Universidad Autónoma de Sinaloa (en dos ocasiones); el Premio de Periodismo del Festival de Sinaloa y el Premio Nacional de Periodismo Juvenil José Pagés Llergo de CREA, entre otros.
Hoy nos toca despedir a un grande. ¡Hasta siempre, Luis Enrique!
14 de febrero de 1963 – 5 de mayo de 2022 🕊️