En la vida política de los municipios llega un momento en que los partidos deben decidir no solo quién los encabezará, sino también qué rumbo tomarán en los próximos años. El PAN en Culiacán se encuentra precisamente en esa encrucijada, previo a la elección interna que definirá a su dirigencia municipal.
El reto no es menor: un partido con historia y con vocación democrática enfrenta el desafío de recuperar espacios, fortalecer su vida interna y volver a conectar con la ciudadanía. Para ello, más que discursos, se requiere liderazgo probado, capacidad de organización y, sobre todo, experiencia.
En este proceso, es justo reconocer que el otro candidato también representa un legítimo esfuerzo de participación y un ánimo renovador dentro de la militancia. Su presencia en la contienda enriquece la vida democrática del partido y refleja que el PAN sigue siendo un espacio abierto a distintas visiones. Sin embargo, es precisamente en la comparación respetuosa de trayectorias donde se vuelve evidente la necesidad de privilegiar la experiencia que demanda el momento actual.
En este contexto, la figura de Eduardo Ortiz Hernández emerge con solidez. Su trayectoria dentro del panismo no es improvisada; ha sabido desempeñar cargos con responsabilidad y ha mantenido una presencia activa que inspira confianza. Ortiz Hernández representa la madurez política que hoy resulta indispensable para que el PAN vuelva a ser competitivo en la capital sinaloense.
Frente a otras opciones, su perfil ofrece una ventaja clara: combina la formación partidista con la sensibilidad ciudadana, conoce la estructura y, al mismo tiempo, entiende la necesidad de abrir el partido a nuevas generaciones y a la sociedad civil. No se trata de elegir solo a un dirigente, sino de apostar por alguien que pueda tender puentes, unir visiones y encabezar una estrategia realista y de largo aliento.
Culiacán necesita un PAN que vuelva a ser contrapeso, que genere debate público y que dé voz a quienes buscan un mejor gobierno. Esa es la razón por la que resulta tan relevante optar por la experiencia y la probada trayectoria de Eduardo Ortiz Hernández, porque en la política municipal lo que está en juego no son únicamente posiciones internas, sino la capacidad de construir un partido fuerte, moderno y útil para la sociedad.
La decisión está en manos de los panistas. Apostar por la experiencia, por la madurez y por un liderazgo incluyente es apostar por el futuro del PAN en Culiacán.