El cine de 2025 dejó algo más que cifras de taquilla y tendencias pasajeras. Dejó estilo, riesgo, discurso y forma. Fue un año en el que la pantalla grande volvió a asumirse como lenguaje, como experiencia y como territorio de autoría, sin renunciar —cuando fue necesario— al espectáculo.
En este recuento de LogoCómic, no se busca imponer un consenso ni dictar una lista definitiva. La intención es otra: mirar el cine con atención crítica, reconocer aquellas películas que marcaron el año por su puesta en escena, su narrativa, la dirección, las actuaciones y, sobre todo, por su ambición cinematográfica.
Aquí conviven el gran espectáculo diseñado para la sala llena y el cine que exige paciencia, lectura y sensibilidad. Películas que apuestan por el riesgo formal, que incomodan, que dialogan con la realidad o que simplemente recuerdan por qué el cine sigue siendo un arte vivo.
Este ejercicio no es una competencia de gustos, sino una invitación a mirar más allá del estreno de moda. A detenerse en la imagen, en el montaje, en el silencio y en aquello que permanece cuando las luces se encienden.
Si amas el cine y no solo los estrenos, este recuento es para ti.
Porque 2025 no solo pasó por la cartelera: dejó huella.
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