Este año, gracias a la colaboración del Sistema DIF Sinaloa, de su presidenta, la Dra. Eneyda Rocha Ruiz, del diputado local Ambrocio Chávez Chávez y del equipo de Fuentes Fidedignas, fue posible concretar la donación de juguetes destinados a niñas y niños que viven en zonas marginadas del estado de Sinaloa
La Navidad es tiempo de compartir, de tender la mano y de recordar que un pequeño gesto puede transformar realidades. Bajo esa convicción, Fuentes Fidedignas volvió a salir al encuentro de las niñas y los niños, de las familias trabajadoras, para dar continuidad a una de las tradiciones más nobles que distinguen a esta casa periodística: regalar alegría y sembrar esperanza.
Con sonrisas francas, ojos encendidos de ilusión y manos pequeñas aferradas a un juguete nuevo, la jornada se desarrolló en un ambiente de cercanía y calidez, donde el objetivo fue claro: despertar sonrisas, compartir momentos de felicidad y reafirmar que el periodismo también se ejerce desde la sensibilidad social. Cada juguete entregado fue más que un obsequio; fue un mensaje de esperanza, un gesto solidario y una forma de acompañar a las familias en su esfuerzo cotidiano.
Este año, gracias a la colaboración del Sistema DIF Sinaloa, de su presidenta, la Dra. Eneyda Rocha Ruiz, del diputado local Ambrocio Chávez Chávez y del equipo de Fuentes Fidedignas, fue posible concretar la donación de juguetes destinados a niñas y niños que viven en zonas marginadas del estado de Sinaloa, fortaleciendo una labor social que año con año se realiza de manera tradicional.
En esta ocasión, el camino se emprendió con el vehículo repleto de regalos, desde los asientos hasta la cajuela. El destino fue Campo Patricia, al sur del corazón de Sinaloa, perteneciente a la sindicatura de Costa Rica y ubicado sobre la carretera Culiacán–Eldorado.
Durante el trayecto, se fueron compartiendo obsequios con cada niño que aparecía a nuestro paso y, aun así, fue posible llegar con la cajuela llena de sorpresas para las niñas y los niños que habitan en los albergues destinados a los jornaleros agrícolas.
Estos espacios brindan hogar temporal a familias que llegan al estado durante la temporada de cosechas, en busca de sustento y mejores oportunidades de vida. Para muchos de estos niños, las posibilidades de recibir un juguete son casi nulas: viven en comunidades alejadas de los centros de venta, con familias de bajos ingresos y, en su mayoría, con varios hermanos, lo que dificulta que los padres puedan consentirlos con un regalo, incluso en fechas tan significativas como la Navidad.
Al llegar al lugar, decenas de niños jugaban en el área destinada para su esparcimiento. Bastó un llamado a voz abierta para que se acercaran. Corrieron emocionados, invitando a sus hermanos y vecinos, contagiados por la curiosidad y la ilusión, hasta formar una larga y ordenada fila.
Cada niño tuvo la oportunidad de elegir el juguete que más le gustaba entre los que se llevaban. Fue un momento profundamente gratificante: ojos iluminados, sonrisas sinceras, algunos brincando de emoción, otros agradeciendo con timidez antes de correr a jugar. En cada rostro se reflejaba la magia de la Navidad hecha realidad.
Madres y padres de familia agradecieron la iniciativa, reconociendo que acciones simples, cuando nacen del compromiso social, pueden generar un impacto profundo en la comunidad. En este contexto, Fuentes Fidedignas reitera su agradecimiento a la Dra. Eneyda Rocha Ruiz, presidenta del Sistema DIF Sinaloa, así como al diputado Ambrocio Chávez Chávez, cuyo respaldo y sensibilidad hicieron posible sumar voluntades en favor de la niñez sinaloense y de las familias trabajadoras que más lo necesitan.
Momentos como estos recuerdan que compartir va más allá de entregar un objeto: es regalar esperanza, alegría y la certeza de que no están solos. Esta actividad reafirma el compromiso de Fuentes Fidedignas con las causas sociales, entendiendo que informar también implica estar presentes, escuchar y actuar.
El deseo es redoblar esfuerzos el próximo año, sumar más voluntades y seguir llevando sonrisas y regalos a niñas y niños que viven su infancia entre limitaciones, pero que merecen, como todos, soñar, jugar y celebrar. Porque la Navidad cobra su verdadero sentido cuando se comparte.




