En cada nota, columna, monitoreo y edición late el legado de Luis Enrique Ramírez Ramos, recordado con admiración y cariño.

Hay mesas que no se definen por la hora, sino por la memoria que sostienen. Mesas donde la luz de la tarde cae suave sobre los comensales y el tiempo concede una tregua. Mesas donde el pan no solo alimenta el cuerpo y la sal no solo sazona los platillos, sino que sellan un pacto antiguo: el de la confianza, la pertenencia y la palabra compartida. Así fue la comida–posada de Fuentes Fidedignas en el restaurante Kraken.

En plena tarde, el espacio se transformó en casa. Entre platillos de alta cocina y el sazón preciso de los chefs, nos sentamos quienes sostenemos día a día este proyecto periodístico. Ahí estuvo Leonardo Gutiérrez Martínez, director general, periodista formado en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, impulsor constante del rumbo editorial; junto a Yuriana Díaz Millán, directora administrativa y responsable de Sistemas, cuya labor silenciosa hace posible que la información circule y el medio funcione. Con ellos estuvo su hijo Luis Leonardo Gutiérrez Díaz, “Piky”.

La mesa también reunió a la editora general Marissa Palafox Verdugo, periodista, columnista y correctora, cuidadora de la palabra y del detalle; así como a María de los Ángeles Jacobo Ruiz, coeditora desde el primer día y responsable de Review, pieza clave en la organización y flujo de contenidos. En la conversación y el balance estuvieron Jeovanna Díaz Guzmán, encargada de redes sociales, e Irma Espinoza Martínez, responsable de monitoreo, ambas atentas al pulso diario de la información y a la respuesta de la audiencia.

Mención especial merece Marianela Ramos Ramírez, siempre pendiente del dinamismo y la interacción en redes sociales; así como Luis Ángel Rivera Ayala, reportero y columnista, creador de LogoCómic, cuya mirada combina periodismo y creatividad visual. También compartió la mesa Miguel Alonso Rivera Bojórquez, periodista y columnista, creador de El Iconoclasta, espacio de reflexión crítica y análisis. Se sumó José Agustín Valdez Becerra, radiólogo y docente de la Facultad de Medicina de la UAS, quien conjuga ciencia y periodismo con rigor y vocación.

Todos en el Restaurante Kraken de Sergio Inda y Fidel Cuevas, chefs de este nuevo templo culinario. Entre plato y plato hicimos un balance del 2025. No desde la frialdad de las cifras, sino desde la experiencia compartida. Hablamos de retos, aprendizajes, jornadas extensas y de esa terquedad noble que implica ejercer el periodismo con ética en tiempos complejos.

Hubo también entrega de regalos especiales, detalles que recordaron que agradecer es otra forma de hacer comunidad.

Nos abrazamos. Tomamos la palabra. Y cada intervención, distinta en tono y emoción, coincidió en una verdad luminosa: somos una familia. Una familia que muchas veces solo logra reunirse una vez al año; que trabaja desde distintas trincheras y responsabilidades, pero que se reconoce unida por una misma vocación.

La lista de colaboradores es inmensa, pero en Kraken se reunieron quienes hacen posible la operación de este medio en Sinaloa, el círculo íntimo de esta gran familia. Somos un equipo hermanado y profesional, respaldado por cientos de colaboradores que mantienen viva la esencia de Fuentes Fidedignas. En cada nota, columna, monitoreo y edición late el legado de Luis Enrique Ramírez Ramos, recordado con admiración y cariño. Su presencia no habita en la nostalgia, sino en la ética, en la palabra cuidada y en la convicción de que el periodismo sigue siendo un acto profundamente humano.

La tarde avanzó, la luz cambió de tono y la mesa quedó como testigo del encuentro. Más que una comida, compartimos certeza. Fuentes Fidedignas sigue porque hay comunidad, memoria y afecto. Hoy culmina un año más, pero también se renueva el compromiso.

Porque mientras exista una mesa donde compartir el pan y la sal, incluso a plena luz del día, Fuentes Fidedignas seguirá encontrando razones para existir y para quedarse, no solo en la agenda informativa, sino en el corazón.