Las personas de la diversidad sexual que llegan a Tijuana en contexto de movilidad enfrentan mayores obstáculos para encontrar vivienda y acceder a servicios de salud.
Bridget Baltasar Lujano, coordinadora del programa LGBTQ+ de Al Otro Lado, destacó que uno de los principales retos es asegurar alojamiento digno para quienes solicitan asilo o se encuentran en tránsito.
Una vez resuelto el hospedaje, surge un segundo desafío: obtener atención médica, sobre todo para personas que viven con VIH o necesitan medicamentos de prevención.
Indicó que la Secretaría de Salud del Estado no cuenta con un mecanismo que garantice la entrega de antirretrovirales o PrEP a personas migrantes, lo que provoca interrupciones de semanas o meses en sus tratamientos.
El problema se agrava para quienes no tienen CURP, requisito indispensable para ser atendidos en el Capasits, además ubicado a varias horas de trayecto para quienes dependen del transporte público.
La organización ha documentado casos de migrantes que llegan sin medicamentos o que suspenden su tratamiento por falta de acceso, lo que evidencia la urgencia de un esquema estatal que garantice atención oportuna.




