Se reporta falta total de agua en las colonias Emiliano Zapata, 21 de Marzo y Guadalupe Victoria, además de otros sectores que comienzan a sumarse al reclamo.
El colmo de los colmos con JAPAC. En Culiacán ya se volvió una “tradición” tan grosera como oscura e insensible: cortar el suministro de agua de manera indiscriminada, con una puntualidad casi ritual cada fin de semana. Esta vez, nuevamente, decenas de viviendas en la salida sur amanecieron sin una sola gota del servicio que —aunque se paga puntualmente y a precios cada vez más altos— es incapaz de garantizarse.
Hasta el cierre de esta nota, se reporta falta total de agua en las colonias Emiliano Zapata, 21 de Marzo y Guadalupe Victoria, además de otros sectores que comienzan a sumarse al reclamo.
La pregunta que flota entre los vecinos es inevitable: ¿a dónde se van los ingresos tan altos por un servicio tan malo? Lo que sí queda claro es que no se reflejan en mejorar la calidad, la constancia ni la responsabilidad institucional. JAPAC ya ni siquiera tiene la consideración básica de avisar previamente cuando realizará un corte, dejando a cientos de familias a merced de la improvisación. Ni tampoco de notificar públicamente a los usuarios cuando se presenta una falla, para que las familias conozcan, por lo menos, cuando se reanudará el servicio.
De acuerdo con comentarios de los propios habitantes afectados, personal de la paramunicipal informó —solo a quienes insistieron en preguntar— que el corte de agua se debe a “un imprevisto”: una falla eléctrica en la subestación. La promesa oficial es que el suministro podría restablecerse hasta la madrugada del lunes, una explicación que se vuelve repetitiva y que en nada mitiga la molestia generalizada.
Mientras tanto, la indignación crece. Porque en Culiacán, cada fin de semana sin agua ya no sorprende… pero sí cansa, indigna y exhibe un servicio público que opera sin transparencia, sin anticipación y sin respeto por sus usuarios.




