Habitantes de la zona afirman que la frecuencia y duración de los recortes no tiene precedente.
Una nueva ruptura en la línea de conducción de 36 pulgadas que abastece a Culiacán desde la Planta San Lorenzo volvió a dejar sin agua o con una presión mínima a amplias zonas del sur de la ciudad desde el viernes. La Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC) informó que los trabajos de reparación concluirán durante la noche de este domingo y que el servicio se restablecerá de forma paulatina a lo largo del lunes 17 de noviembre.
Pero mientras la paramunicipal pide paciencia, los usuarios ya no la tienen. La molestia es evidente y generalizada.
Este domingo, muchas familias que contaban con tinacos de mayor capacidad ya los agotaron. Y quienes no tienen sistema de almacenamiento cumplen tres días sin agua: la presión ha sido tan baja que, en numerosas viviendas, no ha salido una sola gota desde el viernes.
Vecinos de distintos sectores del sur describen la situación como un viacrucis diario, especialmente para quienes no pueden costear cisternas, tinacos o cualquier mecanismo que amortigüe los constantes cortes.
“Los que tienen dinero ni se enteran, porque tienen depósitos enormes. Pero nosotros estamos batallando hasta para lavarnos las manos”, lamentó una vecina de la colonia Emiliano Zapata.
Los testimonios coinciden en que la falta de agua provoca afectaciones sanitarias inmediatas: no se puede asear a personas enfermas o dependientes, cambiar pañales, lavar ropa, mantener limpieza en la cocina o utilizar los baños de manera adecuada.
“El excusado se queda con el excremento ahí. Imagínese el olor. ¿Eso es vida?”, cuestionó un residente que pidió anonimato.
A la frustración por la escasez se suma el enojo por los cobros del organismo, que —aseguran— no disminuyen pese a las fallas constantes.
“Si un carro está chocado nadie lo compra al precio de agencia, pero con el agua sí: te cobran como si el servicio fuera perfecto”, criticó un vecino.
“En casas deshabitadas donde no se consume ni una gota siempre llega un mínimo fijo. No es justo.”
Habitantes de la zona afirman que la frecuencia y duración de los recortes no tiene precedente.
“Tengo casi 90 años y nunca había visto un servicio tan malo como el de esta administración”, expresó una usuaria de la colonia 21 de Marzo.
Ante esta nueva ruptura, muchos sospechan que la infraestructura ya no resiste y que sólo se atienden emergencias con “parches” temporales.
“Más tardan en arreglar que en volverse a romper. Esto ya está al borde del colapso”, señaló una comerciante afectada.
Mientras JAPAC trabaja en la reparación, la ciudadanía del sur exige algo más que comunicados y explicaciones: demanda un servicio digno, proporcional a lo que paga y acorde con la importancia vital del agua en la vida cotidiana.
Para dudas o reportes, la paramunicipal reitera que el Aquatel 073 está disponible las 24 horas —aunque, según señalan los propios usuarios, poco o nada resuelve.




