El presidente Donald Trump firmó un presupuesto provisional que pone fin al cierre de 43 días y permite reabrir las agencias federales
Estados Unidos reabrió este jueves 13 de noviembre las oficinas del gobierno federal después de permanecer 43 días cerrado, en lo que se convirtió en el cierre más largo de su historia. El cierre inició el 1 de octubre por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas sobre el presupuesto federal.
Durante estas seis semanas, el bloqueo provocó la paralización parcial de cientos de servicios públicos. Cerca de 670 mil empleados federales quedaron sin trabajar ni recibir salario, mientras que otros 730 mil trabajadores considerados esenciales siguieron laborando sin cobrar.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió su postura durante el periodo del cierre y buscó presentar el conflicto como un esfuerzo para “ordenar” el gasto público.
¿Cómo se logró la reapertura y qué incluye el acuerdo aprobado?
La reapertura se concretó luego de que el Congreso aprobó un presupuesto provisional elaborado por el Comité de Asignaciones del Senado. Se trata de un paquete bipartidista que ofrece financiamiento temporal hasta el 30 de enero para varias agencias y programas federales, entre ellos asistencia alimentaria, servicios para veteranos y la rama legislativa.
El presidente Donald Trump firmó el documento la noche del miércoles 12 de noviembre y anunció públicamente el fin de la paralización. Durante su declaración afirmó: “¡El país nunca ha estado en mejor forma!”.
Este paquete obliga a las agencias a reactivar de inmediato sus operaciones y garantiza que todos los empleados federales reciban los salarios atrasados acumulados durante el cierre. También ordena que las instituciones que anunciaron despidos los cancelen en un plazo máximo de cinco días.
Con la firma del acuerdo, los trabajadores esenciales recibirán los pagos pendientes y los empleados suspendidos podrán volver a sus puestos sin riesgo de perder su antigüedad ni sus beneficios laborales.
Uno de los sectores más golpeados durante el cierre fue el sistema de aviación, la falta de personal en el control aéreo obligó a reducir vuelos en 40 aeropuertos. Las aerolíneas disminuyeron operaciones hasta un 10% diario, lo que provocó retrasos, cancelaciones y una fuerte congestión que se intensificó en la primera semana de noviembre.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó limitar despegues por seguridad y muchas terminales registraron largas esperas y afectaciones a miles de pasajeros.
¿Qué consecuencias políticas deja el cierre y cómo reaccionan los partidos?
En el Partido Demócrata surgieron reclamos hacia sus líderes por no mantener una postura más firme frente a la Casa Blanca. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, enfrenta críticas internas y llamados a renunciar.
Dentro de las bases demócratas crece la presión para evitar nuevas concesiones al presidente Trump. Por su parte, los republicanos también reciben críticas, pues varios sectores consideran que prolongaron el conflicto sin ofrecer soluciones claras.
Una encuesta de Reuters/Ipsos reveló que el 50% de los estadounidenses culpa a los republicanos por el cierre, mientras que el 47% señala a los demócratas. Ante esto, el líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, declaró que los demócratas “tienen miedo de que los radicales en su partido digan que se rindieron”, intentando desplazar la responsabilidad hacia el otro lado político.




