El fundador de la madre de todas las bandas, El Recodo, Cruz Lizárraga, logró con su música poner muy en alto el nombre de Sinaloa en los cinco continentes.
A treinta años de su fallecimiento, es recordado como el pionero en la internacionalización de la banda sinaloense.
Una década antes de su muerte tuve la oportunidad de entrevistarlo en un conocido hotel de la capital sinaloense. Siempre amable, sonriente y lleno de vida, se encontraba acompañado por Julio Preciado, don Germán Lizárraga y casi todos los integrantes de la banda de aquel entonces.
“Fue en 1938 cuando surgió El Recodo, nombre del pueblo de donde somos originarios, cerca de Mazatlán”, relató don Cruz.
El también llamado Padre de todas las bandas nació el 1 de julio de 1918 y, siendo muy joven, trabajó como arriero y agricultor.
“Nuestra banda, al principio, tocaba puros sones, polkas e incluso marchas; con el tiempo metimos la tambora e incursionamos en los géneros ranchero, cumbia, corrido y balada”, explicó.
Julio Preciado ha comentado, con lágrimas en los ojos, que mientras se encontraban de gira en Alemania, hace tres décadas, recibieron la triste noticia de que don Cruz había dejado de existir en la Ciudad de México.
Enorme es el legado musical que dejó don Cruz Lizárraga, y prueba de ello son los 180 álbumes grabados y más de 20 millones de discos vendidos en todo el mundo, además de los múltiples homenajes y los éxitos que siguen resonando con el paso de los años: Y llegaste tú, Acábame de matar, Pena tras pena, No me dejes nunca, nunca y Qué solo estoy sin ti, por citar algunos.
Hasta aquí mi reporte. Un cordial saludo.








