Esas piezas desaparecieron durante la Revolución francesa, pero dos acabaron en el museo Henri Lecoq de esa ciudad.
Una de las ocho primeras calculadoras mecánicas de la historia, creada por el joven Blaise Pascal en 1642, saldrá a la venta por primera vez el próximo 19 de noviembre en la casa de subastas Christie’s de París, con un valor estimado entre dos y tres millones de euros.
La pieza, conocida como la Pascalina, se presenta como la joya de la venta de la biblioteca de Léon Parcé y, según los expertos, supone un auténtico hito en la historia de la ciencia y de la tecnología.
“Es la única Pascalina que permanece en manos privadas. Todas las demás están en museos. Nunca antes un ejemplar como este había aparecido en el mercado”, explicó este miércoles a EFE Adrien Legendre, director del departamento de libros y manuscritos de Christie’s en París, en el primero de los trece días en los que va a estar expuesta al público antes de su venta.
Una de las calculadoras más antiguas
La máquina, construida entre 1642 y 1645 por Pascal de apenas 19 años entonces, fue concebida para ayudar a su padre, Étienne Pascal, en las tareas de recaudación de impuestos en Normandía. Su invención marcó un antes y un después: por primera vez una máquina asumía un trabajo que hasta entonces había correspondido únicamente al razonamiento humano.
“Es, en cierto modo, la madre o la abuela de los ordenadores modernos”, subraya Legendre. “Con ella comienza la mecanización y más tarde la digitalización del pensamiento humano. Es un objeto que toca el origen mismo de la revolución científica y tecnológica”.
Según Legendre, podría tratarse de una de las tres máquinas mencionadas en el testamento de Marguerite Périer, sobrina de Pascal, donadas en el siglo XVIII al oratorio de Clermont-Ferrand (centro de Francia).
Esas piezas desaparecieron durante la Revolución francesa, pero dos acabaron en el museo Henri Lecoq de esa ciudad. La tercera, la que ahora sale al mercado, habría permanecido durante décadas en una colección particular a unos 80 kilómetros de Clermont-Ferrand.
Aunque no existe prueba documental definitiva, los especialistas consideran “muy probable” que este aparato perteneciera directamente a la familia Pascal antes de su dispersión.
- Pese a sus casi 380 años, la Pascalina está en muy buen estado de conservación.
“Funciona, aunque de manera frágil. El mecanismo es delicado, los resortes están algo destensados y ha necesitado pequeñas restauraciones, pero sigue siendo plenamente reconocible y operativa”, señala Legendre.
El aparato, que servía para realizar operaciones aritméticas básicas y cálculos topográficos, conserva sus ruedas dentadas originales, salvo ocho piezas añadidas en distintas épocas: cuatro en el siglo XIX y cuatro más instaladas recientemente por un restaurador.