El rover Perseverance halló rocas con compuestos orgánicos y firmas químicas en un antiguo cauce de Marte; científicos piden cautela: posibles señales de vida requieren análisis en la Tierra.
El explorador Perseverance de la NASA identificó en el canal de un río seco en Marte rocas que podrían contener posibles señales de vida microscópica antigua, según informaron científicos. Las muestras, recogidas por el rover en un afloramiento sedimentario conocido como formación Bright Angel, en el valle de Neretva, presentan carbón orgánico y diminutas partículas enriquecidas con fosfato de hierro y sulfuro de hierro; compuestos que, en la Tierra, suelen vincularse con procesos biogénicos.
Los investigadores subrayaron que es imprescindible un análisis profundo de laboratorio —idealmente en la Tierra— antes de llegar a cualquier conclusión. El rover, que ha estado recorriendo Marte desde 2021, no puede detectar vida directamente. En cambio, está equipado con un taladro y tubos de titanio para almacenar muestras de rocas y sedimentos en entornos considerados los más favorables para haber albergado vida hace miles de millones de años.
El equipo científico destacó que la muestra —la vigésimo quinta recogida por Perseverance— provino de lutitas rojizas ricas en arcilla que formaron parte de un sistema fluvial que alimentaba el cráter de Jezero, un antiguo lago donde el rover ha centrado su búsqueda.
“Esa es parte de la razón por la que no podemos llegar al punto de decir: ‘¡Ajá! Esto es una prueba fehaciente de vida’”, declaró a el investigador principal, Joel Hurowitz, de la Universidad de Stony Brook a la agencia AP. “Solo podemos decir que una de las posibles explicaciones es la vida microbiana, pero podría haber otras maneras de crear este conjunto de características que observamos”.
El hallazgo ha sido calificado de “descubrimiento emocionante” por dos científicos no participantes en el estudio, Janice Bishop (Instituto SETI) y Mario Parente (Universidad de Massachusetts Amherst), quienes advirtieron que procesos no biológicos podrían explicar los resultados. Esta cautela científica es consistente con el enfoque del equipo de Perseverance: priorizar la recolección y preservación de muestras de alto potencial biológico para su eventual retorno a la Tierra, donde las técnicas analíticas de mayor resolución permitirán resolver ambigüedades.
La relevancia de la formación Bright Angel y el valle de Neretva radica en su contexto paleoambiental: depósitos finos, ricos en arcillas, asociados a ambientes acuosos de baja energía que, en la Tierra, favorecen la preservación de compuestos orgánicos. Además del carbono orgánico, el equipo reporta “semillas de amapola” y “manchas de leopardo” —terminología descriptiva para microestructuras— enriquecidas con fosfatos y sulfuros de hierro.