No es solo una práctica sexual. Tiene múltiples beneficios físicos, emocionales y hormonales
No es pecado, ni tabú, ni algo que se “tolera”. La masturbación femenina es placer, es cuerpo, es salud. Y, sobre todo, es normal.
Durante décadas, el deseo femenino ha sido narrado en voz baja, relegado al silencio o a la culpa. Pero eso está cambiando. De acuerdo con Planned Parenthood y Cleveland Clinic, la masturbación femenina es una práctica segura, saludable y emocionalmente benéfica, que ayuda a conocer el cuerpo, regular el estrés y mejorar la vida sexual con o sin pareja. El problema no es la práctica: son los mitos que aún la rodean.
¿Qué es la masturbación femenina y por qué importa hablar de ella?
La masturbación femenina es la estimulación voluntaria de los genitales (generalmente del clítoris, vagina o pezones) con el objetivo de obtener placer sexual o liberar tensión. Puede realizarse con las manos, juguetes sexuales, almohadas o incluso con ayuda de la imaginación.
Pero no es solo una práctica sexual. Tiene múltiples beneficios físicos, emocionales y hormonales: mejora el sueño, alivia dolores menstruales, fortalece el suelo pélvico y reduce la ansiedad. Aun así, sigue siendo un tema lleno de mitos, estigmas y desconocimiento.
Mito 1: “Las mujeres no se masturban tanto como los hombres”
Falso. Lo que ocurre es que las mujeres lo hablan menos. Un estudio señala que al menos el 80 % de las mujeres entre 18 y 45 años se ha masturbado alguna vez, y más del 50 % lo hace de forma regular. La diferencia está en la narrativa, no en la práctica.
El problema no es la frecuencia, sino cómo se percibe: mientras a los hombres se les educa en la exploración, a las mujeres se les enseña a “esperar a alguien más” para sentir.
Mito 2: “Masturbarse es algo sucio o moralmente incorrecto”
Uno de los mitos más antiguos y dañinos. La masturbación femenina ha sido cargada de culpa por siglos. Según Therapy in Barcelona, muchas mujeres sienten vergüenza incluso en terapia al admitir que se tocan, como si fuera un acto “desviado”.
Pero la ciencia es clara: no hay nada patológico ni inmoral en estimular el cuerpo propio. De hecho, es una herramienta terapéutica en tratamientos de ansiedad sexual, disfunciones del deseo y procesos de autoestima.
Mito 3: “Si te masturbas, no necesitas pareja”
Otro mito basado en miedo o desinformación. La masturbación no reemplaza el vínculo sexual ni emocional con otra persona. Lo complementa.
Como explica la Cleveland Clinic, la masturbación ayuda a conocer los propios ritmos, zonas erógenas y respuestas del cuerpo, lo cual mejora la comunicación sexual en pareja y reduce la dependencia emocional del otro para sentir placer.
Beneficios de la masturbación femenina para la salud
- Reducción del estrés y mejora del sueño
Durante el orgasmo, el cuerpo libera dopamina, endorfinas y oxitocina, sustancias que calman la mente y el sistema nervioso. Esto ayuda a dormir mejor y a reducir pensamientos rumiantes o ansiedad. - Mejora del ciclo menstrual
Algunas mujeres reportan menos cólicos o tensión premenstrual cuando se masturban con frecuencia, debido a la relajación muscular y la activación de hormonas placenteras. - Prevención de infecciones
La masturbación promueve el flujo vaginal natural, lo cual ayuda a mantener el equilibrio bacteriano y reduce el riesgo de ciertas infecciones urinarias, según Planned Parenthood. - Mejora del suelo pélvico
Los orgasmos activan los músculos del piso pélvico. Masturbarse regularmente puede fortalecerlos, lo que mejora la salud ginecológica, la lubricación y el control urinario.
Preguntas frecuentes sobre la masturbación femenina
¿Masturbarse en exceso es malo?
No hay una frecuencia “normal”. Es excesivo solo si interfiere con tu vida diaria, relaciones o estado emocional. Si eso ocurre, es recomendable consultar con un terapeuta sexual.
¿Puede afectar mi deseo sexual con la pareja?
No. De hecho, puede aumentarlo. Al conocerte mejor, puedes compartir más abiertamente lo que te gusta. La masturbación no “te enfría”, te prepara.
¿Es normal no querer masturbarse nunca?
Sí. Cada cuerpo y cada mente tienen sus tiempos. Lo importante es que lo que elijas —explorar o no explorar— venga desde el deseo propio, no desde la culpa o el mandato cultural.
Representación y cultura: lo que el silencio ha provocado
La falta de representación de la masturbación femenina en medios ha contribuido al tabú. En cine, series o incluso en educación sexual, la figura de la mujer autoexplorándose sigue siendo escasa o hipersexualizada. Esto genera desconocimiento, miedo o creencias erróneas.
Como explica Psychology Today, normalizar el placer femenino también es una forma de equidad en salud. Hablar de masturbación no es indecente, es hablar de bienestar y autonomía corporal.
La masturbación femenina no es un acto solitario ni vergonzoso: es una forma de autoconocimiento, de sanar y de disfrutar el cuerpo sin permiso ajeno. Cuanto más se hable de ella con naturalidad, más mujeres podrán vivir su sexualidad sin culpa ni miedo.
Y si tienes dudas, molestias o bloqueos persistentes, consultar con un médico o terapeuta sexual es siempre una buena opción. El placer también merece orientación profesional.