Culiacán, Sinaloa. La violencia en Culiacán ha rebasado los límites de lo tolerable. Y no solo para las personas. Ante el deterioro de la seguridad en la capital sinaloense, el santuario de fauna silvestre más importante del país, Ostok Sanctuary, anunció el cierre definitivo de sus instalaciones y el traslado de más de 700 animales a la ciudad de Mazatlán.
Se trata del mayor desplazamiento de fauna en la historia de México causado por el crimen organizado.
“Nuestros veterinarios, cuidadores y personal ya no pueden cruzar la ciudad con seguridad para alimentar y atender a los animales. No vamos a permitir que también ellos sean víctimas de la violencia”, declaró Ernesto Zazueta Zazueta, presidente de Ostok Sanctuary.
En el santuario habitan especies rescatadas del tráfico ilegal y del maltrato: elefantes, tigres, leones, jaguares, antílopes, primates y aves exóticas, entre muchos otros. Todos serán reubicados en Bioparc El Encanto, un centro ecológico y turístico ubicado en Mazatlán, que ha abierto sus puertas para recibirlos y garantizarles las condiciones de cuidado y seguridad que hoy ya no existen en Culiacán.
La violencia, una amenaza que no distingue especie
El cierre de Ostok es un nuevo síntoma de una crisis mayor. Desde septiembre de 2024, la capital sinaloense ha registrado bloqueos armados, balaceras y amenazas constantes, provocando el cierre de más de 800 negocios, incluidos corporativos internacionales.
En el sector educativo, 97 escuelas han suspendido actividades presenciales. El ausentismo alcanza hasta un 45%, y planteles como la UAS, el CBTis, el Instituto Chapultepec y el Tec de Monterrey han migrado a clases virtuales. Además, se han cerrado 15 centros de salud rurales y múltiples clínicas de rehabilitación han sido blanco de ataques armados.
Un acto de resistencia… y un mensaje al país
Zazueta asegura que el traslado masivo no es una huida, sino una decisión firme ante la adversidad:
“Es una caravana de fauna silvestre histórica. Una especie de Arca de Noé del siglo XXI que no huye de un diluvio, sino de la violencia humana. Este acto representa amor, dignidad y resistencia”.
El operativo logístico contará con el acompañamiento permanente de médicos veterinarios y especialistas en manejo de fauna silvestre. El mensaje detrás es claro: si ni los animales pueden vivir en Culiacán, ¿quién puede?
“Es hora de entender que la violencia no distingue especie. Hoy somos testigos de cómo hasta la fauna debe huir para sobrevivir. Pero también demostramos que con voluntad y colaboración se puede proteger la vida, construir paz y rescatar lo que aún vale la pena salvar”.
Con este éxodo, Ostok no solo salva vidas. También lanza un grito de alerta al país entero.