Al menos cinco republicanos rechazaron la iniciativa; el presidente Trump había presionado para que se aprobase en comisiones
La agenda económica del presidente Donald Trump sufrió un revés este viernes, cuando cinco legisladores republicanos —clave para la mayoría en la Cámara de Representantes—votaron contra su ambicioso proyecto de recortes tributarios y ajustes al gasto social. Conocida informalmente como “One Big Beautiful Bill Act” o simplemente “Gran y Hermoso proyecto de ley”, la propuesta buscaba prorrogar las exenciones fiscales aprobadas en 2017, introducir nuevas rebajas y crear un impuesto del 5 % a las remesas enviadas al extranjero.
“Estamos emitiendo cheques que no podemos cobrar y nuestros hijos van a pagar las consecuencias”, advirtió el representante Chip Roy, uno de los cinco disidentes, al justificar su voto negativo en el Comité de Presupuesto. “Este proyecto de ley es profundamente insuficiente; no cumple lo que decimos que hace con respecto a los déficits”, añadió.
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Su postura coincidió con la de Ralph Norman, Josh Brecheen, Andrew Clyde y Lloyd Smucker, este último cambiando su voto a última hora en una maniobra procedimental que selló la derrota: la propuesta fue rechazada por 21 votos contra 16, cuando el Partido Republicano solo podía permitirse dos deserciones.
¿En qué consistía el “hermoso paquete” económico de Trump?
El megaproyecto pretendía consolidar la promesa de Trump de “bajar impuestos a todos los estadunidenses” y, al mismo tiempo, financiar el agujero fiscal con recortes a Medicaid, requisitos laborales más estrictos y la eliminación de créditos para energías renovables. Uno de los puntos más controvertidos era el gravamen del 5% a las remesas, que provocó la inmediata condena del Gobierno de México. La presidenta Claudia Sheinbaum lo tildó de “injusticia” y acto “discriminatorio” contra los migrantes.
Además, el texto ampliaba deducciones sobre propinas y horas extra, reducía impuestos a préstamos para vehículos fabricados en Estados Unidos y elevaba beneficios para ancianos y familias con niños. El coste estimado rondaba los 3,9 billones de dólares en la próxima década, una cifra que alarmó a los llamados halcones fiscales.
Mientras los conservadores exigían más ahorro presupuestario, los republicanos moderados reclamaban elevar el límite de deducción de impuestos estatales y locales (SALT) para proteger a sus electores en estados de altos gravámenes. Esa pugna izquierda-derecha dentro del propio GOP dejó a los líderes sin margen de maniobra.