Culiacán, Sinaloa.- En el marco del Día del Maestro, el Congreso del Estado de Sinaloa rindió un reconocimiento público al trabajo de quienes, día a día, forman a las nuevas generaciones. Pero más allá de las felicitaciones, también se hizo un llamado urgente a atender las carencias estructurales que siguen enfrentando las y los docentes, especialmente en comunidades marginadas y zonas con violencia.
Durante la Sesión Ordinaria de este jueves, el primero en subir a tribuna fue el diputado Víctor Antonio Corrales Burgueño, del Partido Sinaloense, quien invitó a sus compañeras y compañeros legisladores a hacer una pausa y reflexionar sobre el verdadero valor del magisterio.
“Este no es solo un día para aplaudir, sino para reconocer que miles de maestras y maestros siguen trabajando en condiciones precarias, sin infraestructura, sin seguridad, sin materiales. Y aun así, sostienen las escuelas de Sinaloa”, expresó.
Corrales recordó que el gremio magisterial sinaloense lo integran más de 57 mil 700 personas, lo que lo convierte en uno de los sectores laborales más amplios y estratégicos del estado. Reconoció los avances en materia de basificación y actualización docente, pero subrayó que todavía hay una profunda desigualdad, sobre todo en las comunidades más vulnerables.
“La pandemia aceleró la transformación digital, pero también evidenció las brechas. Muchos docentes tuvieron que enseñar sin equipo, sin internet, sin respaldo. Y aún así, no abandonaron a sus alumnos”, recalcó el legislador.
“El magisterio es mucho más que enseñar”
Desde Morena, el diputado Manuel de Jesús Guerrero Verdugo, presidente de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología, se sumó al reconocimiento. En su intervención, destacó que los docentes son, hoy más que nunca, guías, protectores y formadores de conciencia.
Aseguró que uno de los principales logros del gobierno de la Cuarta Transformación ha sido devolverle a las y los maestros su lugar como actores centrales del sistema educativo. Recordó que, con la cancelación de la reforma educativa impulsada en el sexenio anterior, se terminó con una etapa de criminalización al magisterio.
“El alma de la transformación está en nuestras maestras y maestros. No basta con celebrarlos un día al año, tenemos que seguir legislando con ellos y para ellos. Nunca más sin ellos”, concluyó.