Todo estalló cuando Gárate pidió posicionarse en tribuna sobre el bombardeo de nubes, aprovechando su intervención en el marco del Día de las Madres.
Culiacán, Sinaloa.— Lo que parecía una sesión tranquila en el Congreso del Estado se convirtió en un episodio de tensión entre las diputadas Paola Gárate, del PRI, y Yeraldine Bonilla, del Partido Verde Ecologista de México, quien preside la Mesa Directiva.
Todo estalló cuando Gárate pidió posicionarse en tribuna sobre el bombardeo de nubes, aprovechando su intervención en el marco del Día de las Madres. La diputada acusó que se le negó el derecho a profundizar en el tema, señalando que fue “atropellada” por la Mesa Directiva.
Cuando insistió en continuar, Bonilla ordenó que se le apagara el micrófono desde presidencia. El ambiente se tensó. Gárate, visiblemente molesta, reclamó: “¿Y mis cinco minutos? No me voy a bajar de aquí, a ver cómo me bajan. Pásele, primero bájeme de aquí… Ah, perfecto usted, presidenta. ¿O mandará a la fuerza?”
Bonilla mantuvo la postura institucional e intentó retomar el orden: “Diputada, le estoy solicitando por favor que ocupe su curul.”
La respuesta de Gárate fue tajante: “Y yo le estoy solicitando que me respete.” Bonilla replicó: “Yo le di sus cinco minutos y usted estaba con otro tema, por favor.” A lo que Gárate cuestionó directamente: “Primero contésteme por qué faltó a la Ley Orgánica.” Bonilla cerró la discusión con un escueto: “Ya le contesté.”
La priista insistió en que el tema no había sido sometido a votación, como lo establece el artículo 173 del Congreso del Estado, y defendió su derecho a fijar postura sobre cualquier asunto en tribuna.
Mientras la discusión seguía en tono elevado, Bonilla concedió el uso de la voz al diputado Miguel Ángel Gutiérrez y continuó con el orden del día. Sin embargo, Gárate permaneció en tribuna, negándose a regresar a su curul. Durante al menos cinco minutos, ambas diputadas sostuvieron un intercambio tenso frente al pleno.
Al final, Gárate se retiró de la tribuna por su cuenta, no sin antes reiterar que no era la primera vez que, según ella, era censurada por la Mesa Directiva.