Los arqueólogos han hallado un conjunto de sepulturas colectivas e individuales de la época griega, romana y tardía.
Una expedición arqueológica egipcia, perteneciente al Consejo Supremo de Antigüedades, ha hallado la tumba de un alto oficial militar del reinado de Ramsés III -en Tell Roud Iskander, Ismailia- el segundo faraón de la dinastía XX. Junto a este importante descubrimiento, también se identificaron varias tumbas colectivas e individuales que datan de las épocas grecorromana y tardía.
Según Mohamed Ismail Khaled, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades, Tell Roud tuvo importancia militar durante el Imperio Nuevo, siendo crucial para asegurar las fronteras orientales de Egipto, con fortalezas y bastiones construidos para su defensa.
La tumba de un comandante militar de Ramsés III
La tumba del comandante militar había sido construida en adobe y está compuesta por una cámara funeraria principal y tres salas anexas con paredes interiores revestidas con una capa de yeso blanco. En el interior de la tumba, los excavadores encontraron una gran variedad de símbolos acerca del estatus del comandante: una punta de flecha de bronce, restos de un cetro heka -que era una insignia real, un báculo muy poderoso de Egipto- y un anillo de oro exquisitamente grabado junto con cuentas de diversas formas y colores, así como una pequeña caja de marfil quizá empleada para guardar objetos personales o amuletos funerarios.
Ya solo el báculo sugiere que el individuo ostentaba un cargo de gran relevancia en el ámbito militar. También se desenterraron cartuchos con el nombre del rey Horemheb inscrito, monarca de la dinastía XVIII conocido por su liderazgo militar, lo que introduce nuevas conexiones reales en este rompecabezas arqueológico.
En su interior, los arqueólogos encontraron un esqueleto humano envuelto en cartonaje, que data de un período posterior al de la propia tumba, lo que sugiere su reutilización.
Un gran hallazgo arqueológico en Ismailia
El hallazgo de la tumba del comandante militar de Ramsés III no fue el único y sorprendente hallazgo arqueológico. Según Mohamed Abdel Badi, jefe del Departamento de Antigüedades Egipcias del Consejo Supremo de Antigüedades, también encontraron un conjunto de fosas comunes e individuales del Período Grecorromano (alrededor de 332 a. C.-640 d. C.) y del Período Tardío del antiguo Egipto (alrededor de 747 a. C.-332 a. C.), añadiendo que el descubrimiento se realizó durante las labores de la misión en la zona de Maskhouta, en la Gobernación de Ismailia, al noreste de Egipto, según expone el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto en un comunicado de prensa.
La misión arqueológica también descubrió una colección de vasijas de alabastro, todas en buen estado y decoradas con grabados.
Ramsés III fue el segundo faraón de la dinastía XX y, durante su reinado (alrededor de 1186-1155 a. C.), Egipto vivió grandes momentos de esplendor, pero también crisis internas y amenazas externas que marcaron el rumbo de su gobierno. Tal y como demuestra este hallazgo, uno de los sellos distintivos de su monarquía fue la edificación. Así, siguiendo la tradición de sus antecesores, Ramsés III patrocinó enormes proyectos de construcción y restauración en Karnak y Luxor, además de levantar su templo mortuorio en Medinet Habu, ubicado al oeste de Luxor de 150 metros de largo con miles de metros cuadrados decorados con relieves.