El presidente electo asegura que se baja el telón a una etapa de “decadencia” mientras reitera su programa de cambios radicales, con la inmigración ilegal en su punto de mira
El trumpismo invadió este domingo Washington. La ciudad se despertó con colas kilométricas que envolvían a lo largo de varias manzanas el blindado estadio Capital One Arena. Allí, en el estadio cubierto de los Washington Wizards, Trump se dio un último baño de masas antes de asumir el poder este lunes a mediodía como 47º presidente de Estados Unidos. Trump celebró su regreso triunfal con un mitin casi idéntico a los que dio en su campaña, pero que empezó con la proclamación de lo obvio: “Ganamos”. El presidente electo sigue haciendo una descripción apocalíptica de Estados Unidos que no se corresponde con la realidad, pero asegura que todo cambiará con él en la Casa Blanca: “Mañana vamos a recuperar nuestro país”, proclamó ante el delirio de más de 15.000 seguidores que soportaron horas de frío y lluvia para acceder al recinto.
“Mañana, a mediodía, se baja el telón de nuestros cuatro largos años de decadencia estadounidense, y comenzamos un nuevo día de fuerza y prosperidad, dignidad y orgullo estadounidenses, recuperándolo todo de una vez por todas” dijo Trump al principio de su larga intervención. “Vamos a poner fin al reinado de un establishment político fracasado y corrupto en Washington, una Administración fracasada. No vamos a soportarlo más. Vamos a detener la invasión de nuestras fronteras. Vamos a recuperar nuestra riqueza. Vamos a liberar el oro líquido que está bajo nuestros pies. Vamos a devolver la ley y el orden a nuestras ciudades. Vamos a restaurar el patriotismo en nuestras escuelas. Vamos a sacar las ideologías radicales de izquierda fuera de nuestro ejército y de nuestro gobierno, y vamos a hacer América grande otra vez”, dijo enunciando su lema por primera vez en la tarde.
Trump llegó a Washington el sábado y fue recibido con fuegos artificiales en su club de golf, en las afueras de la ciudad. El domingo visitó el Cementerio Nacional de Arlington para una ceremonia antes de dirigirse al mitin con sus fieles. De teloneros estuvieron parte de sus familiares. Trump invitó también a subir al escenario a su mayor donante y aliado, Elon Musk, que apareció con su hijo, el “pequeño X”, lo llamó. El hombre más rico del mundo demostró una vez más que no ha sido agraciado con el don de la oratoria y no dijo nada relevante. El vicepresidente electo, J. D. Vance, que estaba anunciado como uno de los oradores, no intervino.
El presidente electo dio uno de sus desordenados discursos en los que mezcla el bitcoin (acaba de amasar decenas de miles de millones con el lanzamiento de un memecoin, una criptomoneda sin activo alguno que la respalde), la recuperación de TikTok y la promesa de hacer públicos enseguida los arcivos secretos sobre el asesinato de John Fiztgerald Kennedy. En las pantallas se metieron vídeos para ridiculizar la diversidad en el ejército y criminalizar a los inmigrantes. Nada nuevo en el universo Trump. El presidente electo aseguró que pondrá fin a los esfuerzos de diversidad, equidad e inclusión en toda la Administración, para que el país vuelva al “sistema de méritos”, dijo de lo primero. “Mañana por la noche la invasión de nuestras fronteras llegará a su fin”, señaló con respecto a lo segundo.
El presidente electo prometió empezar fuerte: “El pueblo estadounidense nos ha dado su confianza y, a cambio, vamos a darles el mejor primer día, la mayor primera semana y los 100 primeros días más extraordinarios de cualquier presidencia en la historia de Estados Unidos”, aseguró.
Entre los primeros decretos, además de la prórroga para el cierre de TikTok, estarán medidas para cerrar la frontera a la inmigración ilegal, iniciar las deportaciones masivas, revertir protecciones a minorías otorgadas por Biden y relajar los requisitos medioambientales para la extracción de petróleo, entre muchas otras. Trump aseguró que derogará múltiples decretos de Biden “en cuestión de horas”.
Está por ver si también empieza de inmediato a imponer aranceles a las importaciones, pero no hubo más que una alusión de pasada y sin plazo al respecto en el mitin. Otras promesas, como las rebajas de impuestos, dependen del Congreso. Los republicanos dominan tanto el Senado como la Cámara de Representantes, igual que cuando Trump asumió el cargo en 2017. Ahora tienen una mayoría más estrecha, pero Trump tiene una mayor autoridad sobre ellos.
Indultos por el asalto al Capitolio
Trump también dará prioridad a los indultos a condenados y procesados por el asalto al Capitolio. “Mañana, todo el mundo en este gran estadio estará muy contento con mi decisión sobre los rehenes del 6 de enero. Yo diría que alrededor del 99,9% de esta hermoso estadio”, dijo, quizá en alusión a que no habrá un indulto general. Su mitin de este domingo era, de hecho, el primero que daba ante sus seguidores desde el 6 de enero de 2021 en la Elipse, la explanada contigua a la Casa Blanca desde la que la turba se dirigió a la sede del Congreso a intentar impedir la certificación de la victoria de Biden en las elecciones de 2020.
No se extendió en política exterior, pero reiteró su política de América Primero que ya proclamó al comienzo de la nueva presidencia. “Construiremos en Estados Unidos, compraremos en Estados Unidos y contrataremos en Estados Unidos”, dijo, antes de asegurar: “Pondré fin a la guerra en Ucrania. Detendré el caos en Oriente Próximo y evitaré que se produzca la tercera guerra mundial. Y no tienen ni idea de lo cerca que estamos”.
Trump entró en escena con Lee Greenwood interpretando God bless the USA, como es habitual en sus mítines. La fiesta acabó con Village People cantando en directo su YMCA, convertida en otro de los himnos de la banda sonora del trumpismo. El presidente electo puso fin a su intervención igual que cierra todos sus mítines, con su retahíla de la misma frase con cambio de adjetivo: haremos que Estados Unidos sea poderoso-rico-saludable-fuerte-orgulloso-seguro-grande otra vez.
Antes, a través de Truth, su red social, mostró con su intervención para reactivar TikTok, que está dispuesto a saltarse la ley cuando le interese. Es una primera señal de que vuelve al cargo sin complejos, con experiencia y rodeado de leales para ejercer su poder desde el primer minuto. A partir de este lunes, aprobará más de un centenar de medidas para abrir su segundo mandato y enterrar parte del legado de Joe Biden.
Afluencia masiva
La ceremonia de investidura del lunes se celebrará en el interior del Capitolio por la ola de frío polar que azota Washington. Eso dejará a muchos de los que han venido a la capital sin poder presenciarla en directo, lo que daba más valor al mitin de este domingo. Miles de personas se quedaron sin poder entrar tras horas en la cola.
Las puertas del Capital One Arena se abrieron a las 13 horas. Llegó el final de la espera para Shah, de 40 años, que se había asegurado el primer puesto desafiando a los elementos desde el viernes a las 10 de la mañana. “Trump hizo promesas en 2015 y las cumplió entre 2016 y 2020 y va a hacer lo mismo ahora”, explicaba antes de entrar. “Dijo que iba a construir el muro y lo hizo [en realidad no lo logró], dijo que iba a arreglar la economía y la arregló [en realidad heredó una economía pujante y la dejó en crisis por la pandemia], dijo que no habría guerras y no las hubo, dijo que sería un presidente para la gente y lo fue, que habría seguridad y la hubo”, añade. Shah, camionero de origen indio, asegura haber acudido a 93 o 94 mítines de Trump.
“Somos los MAGA del Sirope de Arce. Venimos de Canadá, de Ontario”, decía unos puestos más atrás David Speicher, de 44 años, que no da importancia a las palabras del presidente sobre anexionarse su país: “Creo que Trump sabe que los medios tradicionales toman cualquier cosa que dice. Solo está agitando las cosas”. Speicher, doctor en virología e investigador de la Universidad de Guelph explica por qué apoya a Trump: “Ha habido un montón de cosas mal en los últimos cuatro años, como las vacunas de la covid. No apoyo al tipo en sí mismo, sino a todo su equipo, como RFK Jr [Robert F. Kennedy Jr, conocido por su postura antivacunas]. Es todo el grupo el que puede hacer cambiar las cosas”.
En el grupo de canadienses estaba también Brian, de 59 años. “Hemos venido a ser testigos de un momento histórico. Esto es un evento que solo pasa una vez en la vida. Apoyamos fervientemente a Donald Trump. Fuimos parte del movimiento del convoy de los camioneros por la libertad en Canadá [el grupo que desafió los mandatos de vacunación y restricciones sanitarias en el país]”. Brian tampoco se toma muy en serio las palabras de Trump sobre Canadá: “Me hace gracia, no le doy importancia, pero no me opondría del todo porque así tendríamos acceso a un clima más caliente y eso estaría bien. Creo que es parte de su agenda para tomar el pelo a [Justin] Trudeau, pero es increíble que haya tantos canadienses que se opongan tanto a que Estados Unidos tome el control. Me parece gracioso”, afirma. “La gente habla de los aranceles, pero lo único que pide Trump es parar la inmigración ilegal y las drogas. Es una cosa bastante sencilla, ¿por qué no iba como canadiense a apoyar eso? Pero eso los medios no lo cuentan”, añade.
“Estamos aquí porque amamos a Trump y estamos emocionadas por ver qué hará con nuestro país, cerrando la frontera, bajando la inflación y todo lo demás que tiene que deshacer de los últimos cuatro años”, decía Erin, de 37 años, que llegó desde Maryland a las cinco de la mañana con su madre Christine, de 64, a la que no le importa que la investidura se celebre en el interior del Capitolio. “No pensábamos ir a la inauguración, la pensábamos ver desde casa. Solo queremos que Trump esté a salvo”.
“Veníamos a ver la inauguración, pero como cancelaron, estamos aquí”, explicaba Jennifer de 29 años, llegada desde Los Ángeles, donde nació, aunque es de origen guatemalteco. Cree que una de las razones del aumento de apoyo a Trump entre los latinos fue “para conservar la familia”. “Con el presidente que está ahorita todo eso está desapareciendo y en la comunidad hispana es algo en lo que siempre hemos creído. Hay una casa, un hogar fundamental, un papá y una mamá y la forma en que quieren cambiar todo no es como nosotros crecimos. Queremos conservar lo que es una familia”. “Un hombre y una mujer”, subraya su marido Anthony, también de 29 años, de madre guatemalteca y padre salvadoreño, pero nacido igualmente en Los Ángeles.
Trump solo logró en las elecciones del 5 de noviembre el 6% de los votos en la capital federal, una ciudad en la que incluso perdió las primarias republicanas frente a Nikki Haley. Este domingo, sin embargo, decenas de miles de seguidores le acompañaron. Trump volverá este lunes al mismo escenario a saludar a sus seguidores, pero ya como presidente. Puede que incluso firme allí sus primeros decretos. Su segundo mandato habrá comenzado.