El yacimiento de Bagno Grande sorprendió al mundo con una serie de antigüedades que se depositaron bajo el suelo de San Casciano dei Bagni; las fotos de los hallazgos
Un reciente hallazgo sacudió al mundo de la arqueología en Italia, después de que un equipo de expertos en la materia desenterrara en la ciudad de San Casciano dei Bagni un impresionante conjunto de artefactos que pertenecieron al Imperio Romano hace 2000 años. Entre los artilugios, aparecieron huevos intactos, 10.000 monedas y múltiples estatuas de bronce.
Una vez más el país europeo vuelve a ser noticia por una nueva serie de elementos milenarios que se conservaron desde el principio del Impero en condiciones casi óptimas. La expedición estuvo a cargo de Jacopo Tabolli de la Universidad para Extranjeros de Siena, por Emanuele Mariotti, director de las excavaciones, y por Ada Salvi, jefa de la Superintendencia.
Según definieron los expertos implicados en la campaña, se sustrajeron desde las profundidades del yacimiento de Bagno Grande diferentes elementos, como joyas, coronas de oro, cofres con monedas antiguas y símbolos rituales, vinculados al carácter sagrado de las aguas termales.
Este sitio ofició durante la época romana como un santuario donde los ciudadanos rendían culto a los dioses. Como forma de agradecimiento, dejaban pertenencias con un alto valor monetario y artístico. Según explicaron, estos objetos se hallaron cerca de la fuente de agua caliente que, se creía, tenía propiedades curativas. Incluso, el terreno incluía un templo y otras edificaciones divinas, según se publicó en el sitio italiano de arqueología StileArte.
Hace 2000 años se lo consideraba un puente entre lo sagrado, del cual no solo era importante para los romanos, sino que también los etruscos vinculaban este territorio con lo divino. En la época del Imperio este sitio se volvió un centro religioso, donde el agua termal con una temperatura cercana a los 42 °C atraía a personas de distintas regiones.
En el emplazamiento se veneraban divinidades de la salud, como Apolo, Higía y Asclepio, pero también fuerzas relacionadas con la adivinación y el destino.
Entre los elementos que se retiraron se contabilizó una serpiente de bronce de un metro de largo que representaba a un demonio bueno. Estatuas de un torso masculino, una niña y una diosa. Asimismo, aparecieron joyas como una corona de oro y un anillo de ámbar, y 10.000 monedas deterioradas.