La creencia popular les sitúa como un híbrido entre la homosexualidad y la heterosexualidad pero la experiencia bisexual va mucho más allá

Rodeada de prejuicios, mitos y creencias equivocadas, la bisexualidad es un concepto que despierta tanto interés como desconcierto. De hecho, no son pocos los que creen saber en qué consiste, aunque en realidad no tenga nada que ver con lo que es realmente. Ser bisexual es tener una orientación sexual en la que esa persona se siente atraída por más de un género. «Y no por los dos sexos o ambos sexos, como si estas fueran las únicas alternativas existentes», tal y como explica la escritora y activista Elisa Coll, autora de la obra ‘Resistencia Bisexual: mapas para una disidencia habitable’.

La cuestión es que la creencia popular identifica a la persona bisexual con aquella a la que le gustan los dos sexos, algo así como un híbrido entre la homosexualidad y la heterosexualidad. Sin embargo, como aclara la sexóloga Lucía Jiménez, asesora de Diversual, este tipo de ideas excluyen la amplia diversidad existente más allá del binarismo hombre/mujer, y se define la bisexualidad en oposición a otras orientaciones, y no como una entidad propia. Esto último es importante, como destaca Jiménez, pues muchas personas no logran identificarse dentro de este grupo porque, de alguna manera, no encajan con la idea de que ser bisexual sea «que te gusten hombres y mujeres, por igual y a la vez». Así, como persona bisexual, puedes sentir atracción hacia muchas personas y en muchos grados, de distintas maneras, y con diferentes intensidades a lo largo de tu vida.

Comparte este análisis la experta en salud sexual de TENGA, Mónica Chang, quien añade que esta atracción emocional y sexual que sienten las personas bisexuales por personas de cualquier género no siempre es «equitativa» o «constante» y puede variar a lo largo del tiempo. «Hasta hace relativamente poco, la bisexualidad se usaba para referirse a quien le gustan los hombres y las mujeres. Hoy lo usan personas que sienten atracción por más de un género, por todos los géneros o sin importar el género», añade.

También se aplica a la forma de experimentar las relaciones sexuales que tiene una persona bisexual, pues puede no disfrutar de todas las prácticas por igual. «Tal vez nunca haya recibido una penetración, independientemente de con quién se relacione. O tal vez forma parte de su práctica habitual o incluso puede ser que utilice juguetes como arneses sexuales cuando no se está vinculando con una persona con pene. Es un ejemplo, pero esto se puede trasladar a todo tipo de estimulación, ya que, de nuevo, no todo te tiene que gustar por igual«, argumenta la experta de Diversual.

Falsos mitos sobre la bisexualidad

1. Son personas promiscuas. Como les gustan varios géneros, eso significa para algunas personas que a los bisexuales les gusta todo el mundo y que eso significa que quieren mantener relaciones sexuales con cualquiera.

Pero, como aclara Jiménez, no hay ninguna relación entre el deseo y la frecuencia de relaciones sexuales que mantiene una persona y su orientación. Además, el hecho de que puedan gustarte diversas personas, no significa que te vayan a gustar todas. En cualquier caso, tal como puntualiza la sexóloga, tampoco hay nada de malo en mantener muchas relaciones sexuales, y con muchas personas distintas.

2. Acaban siendo infieles. Algunas personas creen que alguien bisexual te rompe el corazón pues otra de las falsas creencias es que si estás en pareja con una persona bisexual ésta terminará acostándose con alguien de otro género al tuyo porque sentirá la carencia en la relación.

Pero la realidad, como matiza la sexóloga, es que una persona te elige y cumple con los acuerdos que se tengan. «Una persona heterosexual también puede añorar otro cuerpo distinto al de su pareja, y no por eso le es infiel. Porque valora la relación y la elige», apunta.

3. Es una etapa; en realidad es gay o lesbiana. Otra de las creencias falsas en este sentido es que no existe la bisexualidad, sino que se trata de una etapa de transición entre una orientación y otra, o una forma de esconder la homosexualidad para «encajar». Pero, como explica Jiménez, la violencia que sufre el colectivo bisexual es importante. No es más fácil la bisexualidad que otras orientaciones, y aunque puedes tener más predilección por cierto tipo de persona; no, no estás escondiendo tu «verdadera orientación».

Sobre este punto, la sexóloga Mónica Chang, plantea además esta reflexión: «En muchas ocasiones se habla de la bisexualidad como una fase en la vida de una persona, una fase que por cierto, muchos relacionan de forma inmediata con un fracaso sentimental dejando ver que el deseo sexual entre mujeres nace del fracaso de la relación heterosexual. Es frecuente oír, cuando dos mujeres están juntas, que a una de ellas (o a las dos) les pregunten si no echan de menos estar con un hombre, como si el mundo de la penetración fuese la mejor opción para alcanzar esa meta sexual que es el orgasmo».

¿Qué es la ‘bifobia’?

Es la discriminación que se ejerce de manera sistemática sobre la población bisexual, tanto por parte de personas cis-hetero, como dentro del propio colectivo LGTBIQ+. Este rechazo se manifiesta de muchas formas; desde la violencia hasta la invalidación. Una persona bisexual se puede ver como una amenaza para lo «hetero» y para lo «homo», al no definir su orientación hacia unos u otros en particular. También para lo «queer» (identidad sexual o de género que no corresponde a las reglas establecidas de sexualidad y género) por infiltrar lo «hetero» en la comunidad.

Por tanto, tal como aconseja la sexóloga de Diversual, la mejor manera de contrarrestar la bifobia es naturalizando la bisexualidad, dando cabida a que no todo tenga que estar tan definido y limitado, que pueda fluctuar con el tiempo y que ello no se entienda como un signo de inmadurez o confusión.

4. Te gusta todo el mundo por igual. Se suele pensar a menudo que el hecho de ser bisexual hace que a una persona le gusten hombres y mujeres al 50/50. Pero esto no es así pues, como recuerda la sexóloga de Diversual, lo que sucede en la bisexualidad es que te gusta más de un género. La realidad es que puedes tener más preferencia por unas personas que por otras, y que eso puede cambiar a lo largo de tu vida.

5. Si te defines como bisexual, eres menos hombre. Se dicen cosas como que «ni eres gay, ni un hombre de verdad». Pero, como aclara la sexóloga, una persona que se define como «hombre» suele ver cuestionada su identidad por sus gustos románticos y sexuales. Lo que sucede con esta cuestión es que de una persona con pene se suele esperar una mayor definición de su sexualidad que de una persona con vulva.

6. La candidata perfecta para un trío. Saber que una persona es bisexual, hace que algunas personas crean que le gustará hacer un trío. De hecho, como comenta la sexóloga, es cierto que una persona con vulva que sea bisexual suele suponer una especie de fetiche para ellos, pues se asume que querrá prestarse a ello, pero nada más lejos de la realidad. A los bisexuales no les tiene por qué agradar necesariamente un trío.

7. Tu pareja define tu orientación. Si eres bisexual y estás con una persona de tu mismo género, eres homosexual. Si estás con una de un género distinto, eres heterosexual. Así es como se intenta catalogar muchas veces a estas personas. «No pueden entender que tu orientación es la misma, y que con quién estás en cada momento, es solo una expresión de la misma», explica la experta.