Esta entrevista fue realizada hace veintiocho años y hay que subrayar que tuvo lugar en el recinto legislativo donde no era la actriz, sino la diputada

Luis Enrique Ramírez Ramos, director fundador de Fuentes Fidedignas, entrevistó a Silvia Pinal en el marco del homenaje que le hicieron a la actriz en la XI Muestra de Cine de Guadalajara. En esa conversación, publicada en La Jornada el martes 19 de marzo de 1996, el periodista la cuestiona sobre “Viridiana”, una de las diez mejores películas mexicanas, en los cien años de cine.

Silvia Pinal Hidalgo nació en Guaymas, Sonora el 12 de septiembre de 1931 y partió el 28 de noviembre de 2024 en la Ciudad de México.

Esta entrevista fue realizada hace veintiocho años y hay que subrayar que tuvo lugar en el recinto legislativo donde no era la actriz, sino la diputada. La entrevista de Luis Enrique Ramírez con Silvia Pinal:

Silvia Pinal parece haber montado su oficina este mediodía sobre su curul de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal. Suena su celular, lo contesta, revisa documentos, habla con quienes se le acercan, gira instrucciones a sus asistentes sin atender en apariencia el debate.

Sólo voltea hacia la tribuna -donde el perredista Gonzalo Rojas demanda a los del Partido Revolucionario Institucional (PRI): “Señores tengan vergüenza, tengan dignidad”- durante los minutos que se da para retocar su cabello y pasarse el “bilé” con mano experta, sin requerir de espejo.

Ve al frente también cuando, junto con sus compañeros de fracción, se pone de pie para votar en contra de una propuesta del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Viste un blazer de color salmón, blusa y pantalón negros igual que los zapatos de tacón bajo. Refulgen las piedras de su collar, su prendedor, sus aretes. “Le van” la madera tallada, los brocados, el enorme candil y las columnas del edificio de Donceles.

Al final de la sesión concede esta entrevista para hablar en torno del homenaje que le rinde la XI Muestra de Cine de Guadalajara; el año pasado el tributo fue en el Festival de Valencia, y el antepasado en el de San Sebastián en España.

Invita a la “Sala de Legisladoras” para mayor privacía. De cualquier modo, una romería de mujeres la saludará durante los 20 minutos de que Silvia Pinal dispone para esta conversación que comienza agradeciendo el homenaje, el libro de Emilio García Riera editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, El cine de Silvia Pinal a presentarse en la capital tapatía donde también se exhibirá el retrato que le hiciera Diego Rivera.

Todo comenzó anoche con la proyección de Viridiana. Sobre ella y sus películas hablaron Carlos Monsiváis, Alberto Isaac y Miguel Sabido.

-¿El cine dejó de ser prioritario en su vida?
-Desgraciadamente dejó de ser prioritario para mucha gente.

-¿La prioridad de Silvia Pinal es ahora la política?
-No, no, no, mi carrera es la del arte, peor en la política he vivido momentos importantes para mi país; ¡qué bueno que me hayan tocado! Ya voy en mi sexto año, en mi quinto año y medio de carrera política directa, de responsabilidades.

-¿Por qué entró a la política en tiempos en que ésta se encuentra tan desprestigiada?
–Bueno, a mí me lo pidieron, lo analicé y creo que lo he podido hacer. Las dos veces he ganado por votación popular.

-¿Sus electores son su público? ¿Sus triunfos políticos son consecuencia del artístico?
–¡Ah, claro!, la gente me quiere y me respeta y me agradece y me busca y me pide, y me siento a veces tan frustrada de no poder hacer todo lo que yo quisiera, pero hay muchas limitaciones. Lo que se puede, sí, se hace.

-¿Su trabajo en televisión es un vehículo para su carrera política? Por medio de su programa ahora resuelve problemas de la gente …
–No, Mujer, casos de la vida real tiene diez años al aire. Pienso que el ser primera dama de Tlaxcala me dio una oportunidad de vivir experiencias de alguna forma. Mujer … es eso, presentar casos que la gente nos manda, que son reales y que, quiera que no, pues … el programa es actual ¿no? Se ha ayudado a mucha gente, sin ser ese el propósito; se ha logrado que sea no solamente un programa de televisión más, sino que se ayude a muchas personas.

-Dadas las consecuencias que tuvo Viridiana en el franquismo ¿desde entonces tenía usted interés en la política?
–No. (Ríe). Esas consecuencias no las sabía ni Buñuel que era el reaccionario del grupo. La película levantó ámpula. Se realizó en España con la autorización del gobierno de Franco, se hizo el libreto autorizado por la censura, pero resultó terrible ¿no? Y fue buenísimo para nosotros porque fue una película escandalosa, pero de una calidad … Sigue siendo la única Palma de Oro de habla hispana. Además, quedó como una de las diez películas mejores de los 100 años del cine.

-Por aquellas turbulencias que rodearon la película, y por sucesos dolorosos de su vida personal, el nombre Viridiana ha sido ligado a efectos atroces …
–No, ¡por Dios santo! Para mi hija fue un nombre divino, y muchas niñas se llaman así, cosa que yo se los agradezco porque creo definitivamente que es por el nombre de la película y es por el nombre de mi hija ¿no?

-Su nieta del mismo nombre murió también en circunstancias trágicas…
–Sí, bueno, pero son coincidencias dramáticas. El destino de la gente no lo cambia un nombre.

-¿Qué ha significado el dolor en su vida? Parece que nada la vence.
-No, no se crea, sólo los que no saben lo que es la pérdida de un hijo pueden creer eso. La desdicha de perder un hijo es una cosa que se lleva hasta el día en que uno se muere también. Es una experiencia que no pierde importancia ni vigencia.

-¿Se ha visto desmoronada?
–Claro. Públicamente no tengo por qué hacerlo, pero sí. Soy un ser humano.
(Paulatinamente, los ojos de Silvia Pinal se han inundado de lágrimas. Cambiamos de tema).

-¿Y le duelen los ataques que recibe en la política?
–Los ataques me molestan, sobre todo cuando son injustos. Pero, pues, vivimos en un país con efervescencias, con protestas, y cuando le toca a uno no hay más que defenderse. Afortunadamente, lo que siempre tengo es manera de defenderme.

-¿Por qué?
-Pues porque tengo prestigio, tengo honestidad, tengo trabajo, tengo muchas cosas atrás de mí que pueden ser una base.

-¿Tiene que ver su carácter también?
-También, creo.

-¿Y ser sonorense?
-¡También! (ríe).

-¿Se siente usted muy sonorense?
-¡Pues soy sonorense! Y creo que es una cosa que la trae uno de la tierra, del sol, de la sangre, del agua, no sé, pero soy y seguiré siendo hasta que me muera sonorense. Me encanta mi pueblo (Guaymas) me gusta la imagen y la raza de mi tierra.

-¿Los ataques en la política han dañado su imagen pública?
-No, yo creo que hay imágenes que no se pueden manchar porque están bien asentadas y no precisamente por la política sino por otros valores que fue por lo que probablemente me buscaron a mí. Y he llegado con lo que tengo, que es mi capacidad, mi honestidad, mi no necesidad de dinero; yo hago mi dinero de otra forma.

-Igual ha recibido acusaciones en el gremio artístico …
–Siempre se ha podido demostrar que son falsas. A mí me han acusado en Protea de cosas que finalmente se demostró que no eran ciertas: ni había fraude, ni había falta de dinero; hay deudas de los socios y existen todavía y estamos a punto de liquidar Protea y se hará otra nueva Protea y surgirá otra mesa directiva, pero está ya contrarreforzada la … pues las causas ¿verdad? De que no existe ese problema. Me atacaron, sí, y pude haber demandado, sí, pero la verdad es que los pleitos son una pérdida de tiempo y mi tiempo vale mucho, mucho, mucho.

-En la Asamblea también hay pleitos …
–¡Cómo no!, mucha lucha en estos tiempos. Pero pues aquí sí estamos puestos a hacerlo. Creo que México vale la pena.

-¿Y el PRI vale la pena?
–También. Yo sigo creyendo en el PRI, es el partido que tiene la capacidad para gobernar, para seguir ganando elecciones y para limpiarse de todas las gentes que no merecen estar ahí.

-¿Aun con todos estos acontecimientos?
–Pues sí, los acontecimientos, y los ataques y todo eso, pues son válidos. Dicen que, en la guerra, en el amor y en la política -podemos agregar- todo se vale.

-¿A usted no le dan miedo los atentados?
-¡Ay no! ¿A mí por qué me van a atentar? Pues oiga, yo no hago nada indebido ni estoy mezclada con cosas indebidas; yo trabajo, soy una ciudadana y voy y lucho y pido y logro y me peleo porque no gané esto … No, esos niveles son otra cosa.

-Entonces ¿considera que quienes han sufrido atentados han hecho cosas indebidas?
–No. Pienso que ha habido atentados y atentados. Yo estoy hablando de las situaciones, no de los atentados. A mí me parecen injusticias terribles muchos de estos crímenes que han llevado a terminar familias como la del señor Colosio.

Su Grand Marquís ha llegado ya, espera, chofer a bordo, a Silvia Pinal para acudir a otro compromiso: una comida de algún patronato. Da oportunidad a una última pregunta:

-Si el artista cambia de personalidad ¿es un personaje el que interpreta usted como legisladora?
–No, aquí soy mi persona haciendo lo que pienso, lo que yo siento. En un trabajo de actuación me visto de un personaje y lo hago. Pero aquí no soy un personaje, aquí soy Silvia Pinal Hidalgo, y actúo como eso.