Los músicos norteños de la Caseta Cuatro de Culiacán le cantaron el corrido de Macario Romero al Senador Enrique Inzunza Cázarez y enviaron un saludo a su pueblo natal, Batequitas, en Badiraguato, misma cuna del gobernador Rubén Rocha Moya.
“Efectivamente, es una mis favoritas, como lo era de mi abuela”, confesó el político sinaloense.
Macario Romero (1852-1878) fue un militar conservador, valiente y admirado por el pueblo, cuyas hazañas inspiraron muchos versos originados en el siglo XIX.
La mañana del viernes 22 de noviembre, Enrique Inzunza, debajo de la sombra de un árbol, a orillas del río Tamazula, se reunió con músicos de Culiacán.
Ahí el Senador felicitó de forma entusiasta a los músicos por su día, en plena celebración de Santa Cecilia.
Con los abrazos de rigor y la calidez de los sinaloenses, Enrique Inzunza aprovechó la ocasión para hablar del trabajo que está haciendo en el Senado para consolidar más derechos para las y los sinaloenses, como parte del Estado de bienestar que impulsa la presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum.
Esta mañana, como nos gusta a los sinaloenses, debajo de la sombra de un árbol, a orillas del río Tamazula, nos reunimos con músicos de Culiacán.
— Enrique Inzunza (@InzunzaCazarez) November 23, 2024
Además de felicitarlos por su día, aprovechamos para hablar del trabajo que estamos haciendo en el @senadomexicano para consolidar… pic.twitter.com/3sKRIZtG2O
De hecho, así lo dijo.
Posteriormente, en la esquina de Boulevard Francisco I. Madero y avenida Venustiano Carranza, Enrique Inzunza escuchó el corrido de Macario Romero, antigua melodía regional que le gustaba escuchar a su abuela.
Los versos cuentan la trágica muerte de este popular personaje, estereotipo del héroe popular de finales del siglo XIX que perdió la vida por ir a ver a su amada, a quien trató de raptar.
Aunque hay poca información biográfica de Macario Romero, pudimos averiguar que nació en La Piedad, Michoacán en 1852 y fue hijo de Nicolás Romero, un guerrillero famoso durante la intervención francesa.
Macario Romero participó además en el movimiento contra el presidente Benito Juárez en 1870 y posteriormente actuó en el sur de Guanajuato y el noroeste de Michoacán en las guerras religionarias, precedente de la Guerra Cristera, al oponerse como católico a las reformas liberales del presidente Sebastián Lerdo de Tejada que afectaban a la iglesia.
En noviembre de 1877 fue capturado en Michoacán, aunque escapó de la cárcel un mes después junto con otros reos.
Macario Romero, ya con el indulto del gobierno federal, se le incorporó al Cuerpo Rural de la Federación bajo el mando del General Abraham Plata.
Según versos de la época Macario Romero se enamoró de Jesusita Llamas “Panchita”, la hija de don Domingo Llamas, un político de mucha influencia que participó en el despojo de los bienes de la iglesia y que fue gobernador de Jalisco.
En diversos versos de la época manejan diversos nombres de los padres y parientes de la joven, pero insisten en el apellido Llamas.
Fue por este amor que lo mataron.
En la canción que le gusta a Enrique Inzunza, Macario Romero suplica a su general Plata que le deje salir a ver a su chata.
El general no le quiere dejar, porque sabe que le van a matar.
En fin, lo deja ir, con el entendimiento que la vida de Macario está en sus propias manos y ya no es la responsabilidad de su general.
El corrido narra que Macario Romero dijo:
Oiga mi general Plata, quiero que me dé permiso para ir a ver a mi chata.
El general le contesta:
- Macario, ¿qué vas a hacer? Te van a quitar la vida por esa ingrata mujer.
La niña Panchita, como se llama a la joven en este corrido, reconoce a Macario desde lejos e inocentemente lo anuncia a su mamá. - Mamá, ahí viene Macario.
- ¿En qué lo conoces hija?
- Lo conozco en el caballo, lo conozco del sombrero – decía la Niña Panchita. – Mamá, ya viene Romero.
Decía Macario Romero, parándose en los estribos: - A mí no me hacen nada, si todos son mis amigos.
Cuentan diversos versos que don Domingo Llamas y su esposa deciden, junto con otros miembros de la familia Llamas, matar a Macario para impedir que rapte a su hija.
En algunos corridos narran que cuando llega Macario, lo invitan a bailar, y cuando está desarmado, le empiezan a balacear hasta que muere, aparentemente como castigo por querer raptar a Jesusita Llamas, la niña Panchita, a quien llaman también en algunos corridos “Rosita”.
Cuenta este corrido, que le cantaron a Enrique Inzunza, que Macario no cayó en la trampa del baile y logró raptar a Panchita a todo galope, pero la policía lo siguió hasta la garita y le dieron cinco balazos.
Así murió Macario Romero en 1878 cuando servía bajo las órdenes del general Plata. Algunos cronistas dicen que su muerte fue en Guanajuato, pero por la narración pensamos que pudo haber sido asesinado en Jalisco.
Entre el arrebato y la sutileza existe un abismo.
“Los que provenimos de origen rural, no solemos llegar tarde a ningún llamado”, dijo recientemente Enrique Inzunza exaltando el valor de la puntualidad.
Teniendo en sus manos el libro de la gran helenista francesa Jacqueline Worms de Romilly, Enrique Inzunza comenta: “El pasado siempre alumbra el presente, y Alcibíades se pasea por los siglos”.
En este ensayo su autora, estudiosa del mundo griego, presenta a un Alcibíades cuya principal motivación es la ambición de poder y que describe una serie de sucesos que parecieran el argumento de una novela, sin embargo, se refiere a hazañas políticas que sucedieron realmente.
Pese a lo que pueda parecer, una obra que censure o repruebe la conducta de Alcibíades, la escritora se mantiene neutra, aunque con una tendencia a la admiración hacia la personalidad del ateniense, arrolladora y seductora.
Los que provenimos de origen rural, no solemos llegar tarde a ningún llamado.
— Enrique Inzunza (@InzunzaCazarez) November 20, 2024
En tanto que se integra el quorum de la sesión, escucho la conversación de Jacqueline de Romilly, la gran helenista francesa. El pasado siempre alumbra el presente, y Alcibíades se pasea por los… pic.twitter.com/3oWNqRp0mv
Obviamente, entre el arrebato de Macario Romero, y la habilidad maquiavélica de Alcibíades hay una gran distancia.
Por ello, en lo personal, es un placer seguir las redes sociales de Enrique Inzunza, mismas que dan pie a este tipo de reflexiones.