Jalin White podría enfrentar hasta 62 años de cárcel por el acto; el bebé está en riesgo de morir por las lesiones.
Jalin White, un joven de 20 años de Milwaukee (Wisconsin), enfrenta cargos por abuso infantil después de que, según informes, arrojara a su hijo de ocho meses contra una pared mientras jugaba NBA 2K en su consola de videojuegos. El ataque, ocurrido la semana pasada, dejó al bebé con heridas graves que incluyen fracturas de cráneo y costillas, así como lesiones en las extremidades.
El ataque ocurrió en la casa donde White estaba cuidando al bebé mientras la madre del niño estaba fuera. Según la denuncia penal, White se encontraba jugando NBA 2K y, frustrado por perder en los minutos finales del juego, arrojó violentamente al pequeño contra la pared.
Las lesiones sufridas por el bebé son devastadoras: una fractura de cráneo, costillas rotas en diferentes etapas de curación y una clavícula fracturada. Además, el menor presentó hinchazón en el ojo y signos de abuso previo, según confirmaron las autoridades.
El bebé se encuentra hospitalizado, pero los médicos han declarado que no se espera que sobreviva. Esto podría llevar a que los cargos contra White sean elevados a homicidio. Durante una comparecencia en el tribunal el pasado fin de semana, Andrea Bolender, comisionada del condado de Milwaukee, señaló:
“El personal médico ha indicado que, lamentablemente, no se espera que este niño viva”.
Por ahora, White enfrenta hasta 62 años y medio de prisión, pero esa cifra podría aumentar significativamente si el menor no sobrevive. Inicialmente, White intentó culpar a la madre del bebé, asegurando que ella había golpeado accidentalmente al niño contra un marco de puerta. Luego cambió su versión, alegando que el bebé se había caído durante un cambio de pañal. Finalmente, admitió que arrojó al menor contra la pared en un ataque de ira.
En su confesión, White dijo: “Escuché la pared. Fue un impacto fuerte contra su cabeza. No puedo mentir, fue muy ruidoso”.
Durante su comparecencia en el tribunal, White mostró remordimiento, llorando al escuchar que las heridas del niño eran probablemente fatales. La madre del niño también fue arrestada inicialmente, pero fue liberada cuando White confesó su responsabilidad.