Cortés y Coronado, la historia del amor al mar, el arte y la cultura en Navachiste

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El mar recogió con suavidad al poeta soñador mazatleco Antonio Coronado Guerrero y se llevó su espíritu cobijado de amor por la inmensidad del Océano Pacífico.

Celia Patricia Cortés Covarrubias, la mujer amorosa de la cultura, lo abrazó apenas entró en el mar.

El sol, al esconderse en el horizonte de ese paraíso marino que es el Mar de Cortés, se encargó de unir nuevamente a quienes fundaron hace tres décadas el Festival Cultural en la Bahía Navachiste, municipio de Guasave.

Ese lugar donde los poetas se enamoraron de sus olas y del viento, de los suspiros del alma y los hechizos que se desprenden de los encuentros internacionales de arte, de esas tertulias bohemias con historias de fogatas frente al mar.

La triste noticia me la dio mi amigo Juan David Cortés, hijo de ambos, con un tono grave y lento que denotaba la influencia de las emociones en su voz.

  • Falleció mi papá Toño Coronado.

Recordé “Conversación con el mar”, una de las más hermosas obras poéticas del reconocido dramaturgo y poeta tapatío Elías Nandino Vallarta, que en un fragmento dice:

¿Cuántas gotas de llanto se han reunido para darte apariencia de infinito? ¿Cuánta amargura del dolor humano fue necesaria para hacerte amargo? ¡Nada es tan mío como lo es el mar cuando lo miro!

La mirada de quienes conocieron a Toño Coronado y Celia Cortés se pierde hoy en el horizonte marino que les arrulla. Hoy su hijo de vida Juan David, junto a la familia de Antonio Coronado, sus amigos, artistas, escritores y poetas, asiste al ritual en el que se rinde homenaje al hombre que gozaba el sonido de las pesadas olas y el deslumbrante atardecer de Navachiste.

Al poeta loco que tuvo todavía el placer de organizar este 2024 la vigésimo novena edición de este emblemático Festival Cultural en el paraíso del Mar Bermejo.

Coronado tuvo este año la fortuna de sentirse libre, de sentir la fuerte brisa que remolineaba sus cabellos y observar cómo el sol iba despidiéndose suavemente hasta esconderse bajo el manto acuoso. Así es como lo recuerda Juan David en una hermosa fotografía que inmortaliza la imagen del artista sentado en una piedra resbalosa, con una sonrisa leve saboreando la brisa salada y sus pies descalzos con la tierra mezclada con la arena.

El sonido de la marea nocturna guarda los recuerdos de ese hombre de corazón grande, escritor de poemas y cuentos, idealista de izquierda e infatigable promotor de la cultura en la “isla de los poetas locos”, un mágico campamento cultural celebrado al aire libre entre su amado mar, la playa y un agreste espacio desértico que atrapa sin salida a sus asistentes durante una semana.

En ese icónico lugar, gracias a Coronado y Cortés, se daba cita cada año la música, la danza, la literatura, la poesía y las artes en todas sus expresiones.

Según las crónicas, Coronado tuvo la idea de dar a conocer la belleza de Navachiste al admirar sus paisajes y sus 23 islas. Le platicó a Benito Ramírez Meza su idea de realizar un festival de poesía en diciembre de 1991 al que llamaron Encuentro Cero.

Estuvo siempre convencido de que el arte y la cultura son el camino para lograr un mundo mejor. Eso lo llevó a organizar el Primer Encuentro Interamericano de Poetas Navachiste en 1992 y tengo entendido que Ito Contreras fue el creador del logotipo.

La poesía fue la semilla del árbol del Festival de la Cultura y las Artes al que se sumaron muchas expresiones artísticas con creadores procedentes de pueblos circunvecinos, de diversas partes de México y del mundo reunidos en un campamento cultural de una semana frente al mar de Navachiste.

En el primer festival acudió como invitado especial el doctor Raúl Cervantes Ahumada, quien en esa ocasión solicitó que cuando falleciera sus cenizas se vertieran en la Bahía Navachiste, región a la que el jurista estuvo ligado en su infancia.

La voluntad del fundador de la Cátedra de Derecho Marítimo en la UNAM, quien hizo grandes contribuciones al mar patrimonial, se cumplió y parte de sus cenizas fueron esparcidas en Navachiste, tal como lo expresó en la primera edición de este festival.

En marzo pasado se celebró la vigésimo novena edición de este festival del que Celia Cortés, junto con el poeta Antonio Coronado, fueron pilares principales.

Coronado y Cortés instituyeron una fundación convocante en 1998 y lograron darle prestigio a este festival.

Celia Cortés partió en junio de 2012 y este octubre de 2024, el espíritu de Coronado se sumergió en el infinito marino de Navachiste y dejó su frágil cuerpo en la tierra.

Descanse en paz.

Mis más sinceras condolencias.

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